Voladores olvidados y abandonados

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-Son Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, explotados en eventos y viven de la limosna

Por María Elena Ferral

A pesar de su nombramiento otorgado por la UNESCO como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad y de ser reconocidos a nivel mundial por su destreza, valor y lo que representan a nivel cultural, pues son llamados embajadores de la cultura totonaca, los Voladores carecen de todo tipo de apoyos y tienen que pedir dinero a los turistas para subsistir; sin embargo, el rito no es recompensado de acuerdo a su relevancia mundial, por lo que muchos de ellos viven, prácticamente, de las limosnas.

Como se recordará, hace 25 años, la UNESCO les dio a los internacionales Voladores de Papantla, el nombramiento de Patrimonio Cultural Inmaterial y entre otras cosas se les prometió un estilo de vida diferente, pero este nunca llegó y siguen siendo obligados a pedir dinero en la vía pública para subsistir, pues por el contrario, les pagan una miseria por ejecutar ese ritual ancestral; mientras que en otras regiones y Estados, incluso fuera del país, se reconoce el valor de su cultura, porque en ningún otro lugar existe una expresión pagana con esta riqueza.

En esta ciudad, la actual administración municipal les prometió hace cuatro años, vestidores, el Gobierno del Estado dice que son un orgullo nacional, que nos da identidad, el Centro de las Artes Indígenas sigue planeando la Integración del Consejo de Voladores, pero todo  es pura promesa y papeles que a decir de los mismos Voladores, no les sirve de mucho, porque eso no les da para comer, además de que su imagen ha sido utilizada por muchos gobiernos y empresas particulares, incluso una de ellas cervecera, sin que ellos reciban a cambio algún beneficio.

Autoridades municipales, estatales y federales, van y vienen y no tienen estrategia para ayudar a los Voladores, que no son el único caso, porque también otros danzantes como los Guaguas, Negritos y Santiagueros, están en la misma situación, pues son utilizados por aspirantes y suspirantes de la política para tomarse la foto y conseguir más adeptos para su causa; ante esa situación, turistas nacionales y extranjeros deploran esa falta de apoyo, pues tanto nombramiento mundial de poco ha servido a esos grandes exponentes de la cultura totonaca que arriesgan la vida en el ancestral ritual.

Los Voladores de Papantla carecen de seguridad social, vivienda digna y un salario decoroso, tienen que pedir dinero para completar el gasto familiar, no es bueno para la imagen de un Pueblo Mágico y encima, dan el otro “espectáculo”, pues tienen que cambiarse de ropa “al aire libre”, a la vista del público, ya que no cuentan con los vestidores que les prometieron, es pues, denigrante la forma en la que, actualmente, se encuentran los embajadores de la cultura totonaca, con el título de Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, pero que en los hechos, no se les da el valor que realmente tienen.