Crisis sobrepasa las fronteras: JSE

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* Solo la educación y no la violencia, resolverá los graves problemas de la humanidad: Sanmartín Esplugues, escritor y filósofo español, quien participó en la conferencia “Agresividad Humana y Violencia: factores biológicos, psicológicos, psicológicos y sociales”, organizada por la UV en el marco de su 70 aniversario.

 

Édgar Escamilla

Poza Rica

En medio de la situación de violencia que se ha desatado en México, el escritor y filósofo español, José Sanmartín Esplugues, hace un análisis a nivel mundial acerca de las causas, consecuencias y posibles salidas para alcanzar un estado de equidad y paz social.

El doctor José Sanmartin Esplugues estuvo de visita en esta ciudad para participar en la conferencia “Agresividad Humana y Violencia: factores biológicos, psicológicos, psicológicos y sociales”, organizada por la Universidad Veracruzana (UV) en el marco de su 70 aniversario.

A nivel internacional se está viviendo una marcada ola de violencia, momentos de crisis muy delicados de los cuales México no es la excepción; no obstante, considera que aún la sociedad puede salir bien librada y hasta reforzada.

 

Para el investigador social, la situación se ha enrarecido a partir de la degeneración y corrupción de formas de gobierno que habían permanecido vigentes durante los últimos tres siglos.

“No es una justificación a la ola de violencia, muchas de las cosas no se quieren oír, pero siguen siendo claras, la educación sigue siendo profundamente desigual, se siguen educando en estereotipos no solo a hombres, sino también a mujeres que al final acaban en prácticas deleznables como la violencia de género”, profundizó.

A través de sus publicaciones, refiere que la humanidad se encuentra sumida en una profunda crisis social a escala global, una crisis de valores y en la cual tenemos que luchar para salir bien librados.

Reconoce que –primero- buena parte de esta crisis es culpa de los gobiernos, no solo los dictatoriales, sino también los democráticos, que no han sido respetuosos de la independencia de los distintos poderes, en los que el ejecutivo ha tendido a subordinar a sus intereses al legislativo y al judicial.

En segundo plano, lamenta que el poder legislativo en lugar de dictar por el bien común y estar al servicio de la ciudadanía, desgraciadamente, y en muchos países lo que ha estado haciendo, es trabajar “a favor de grupos minoritarios y de intereses bastardos”.

En tercer lugar y no por ello menos importante, “aunque dicen que cada pueblo tiene los políticos que se merece, estoy en desacuerdo, la clase política a nivel internacional –no solo en México- ha comenzado a adoptar practicas de carácter autónomo y en lugar de ser representantes de la ciudadanía, se ha dedicado a suplantarla  en la toma de decisiones graves que le afectan”.

En un cuarto y último punto, habla acerca de la referencia de patrones de conducta, en los que al existir políticos corruptos, genera sociedades corruptas, y no al revés.

Para revertir estos procesos, recomienda acciones encaminadas a la asignación de presupuestos dignos a la educación, salud y servicios sociales para la población, y señala que “educar es la clave  de lograr un ser humano ideal”.

“Los seres humanos no se construyen con fármacos, se construyen con buenas ideas y estas se adquieren en las universidades, donde hay que invertir más y menos en otras cosas”, dijo.

Políticos serviciales y no serviles

Otra de las claves para revertir los efectos adversos de la situación actual, es que los políticos se erijan como servidores del bien común y que no estuvieran al servicio de intereses ocultos, pero cuyos efectos son palpables a escala internacional en forma de crisis virulentas que están sumiendo en la miseria a amplios sectores de la sociedad.

Caso contrario, la injusticia y la impunidad con que se conducen, ha propiciado el descontento de las masas, lo que se traduce en las manifestaciones que han cobrado tintes violentos a nivel mundial.

Refiere que nada se conseguirá con conductas violentas, por el contrario, se asume partidario  de la resistencia pasiva, la que afirma, “termina dando sus frutos y en un tiempo próximo al menos en Europa, podrían contemplarse las crisis de formas tradicionales de gobierno presentes desde el siglo XVIII, dando paso a una mayor participación ciudadana en la toma de decisiones”.

En el caso específico de Ayotzinapa y la desaparición de los 43 normalistas, se trata de una violación radical de los derechos no solo de los individuos como tales, sino de todo un pueblo.

“La desaparición no de 43, tan solo de uno, en las circunstancias en las que se ha producido, es una conculcación radical de los derechos de todo un pueblo, me parece terrible y eso no se resuelve deteniendo a dos personas”, puntualizó.

Sanmartín Esplugues es catedrático de Lógica y Filosofía de la Ciencia y Director de la Oficina para el Desarrollo del Campus Virtual de la Universidad de Valencia; es autor de los libros El Laberinto de la Violencia, Violencia y Psicopatía, El Terrorista Cómo es, Cómo se hace, Mente de los Violentos, Violencia contra Niños, entre otros títulos.