Depredación, principal riesgo para las tortugas

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El hombre se ha encargado de que estén a punto de desaparecer en la región norte del estado: conservacionistas

 

Por: Jesús Rodríguez.

 

Poza Rica

 

Gracias a los esfuerzos de los campamentos tortugueros, ubicados a lo largo del territorio estatal, que en total suman 22, ha sido posible la recuperación de especies, y sacarlas, en algunos casos, del riesgo de extinción como sucede con la tortuga verde; sin embargo, otras más como la Carey y la Lora, siguen enfrentando dificultades para conservarse, sobre todo riesgos inherentes a la acción del hombre.

 

De acuerdo con el biólogo Justín Sánchez Cerda, del Campamento Tortuguero del Totonacapan, ubicado en Villas de Chichinit, refiere que son precisamente estas dos últimas especies, Carey y Lora, las cuales desovan en costas papantecas, las que enfrentan mayores riesgos de extinción debido a la depredación humana.

 

 

Indicó que la depredación de la especie tiene mucho que ver con la actividad humana, considerando que un en un nido se llegan a depositar entre 100 a 120 huevos, cuyo valor en el mercado negro llega a comercializar hasta en $ 150 pesos, y la carne de estas especies, hasta en $ 500 pesos el kilogramo.

 

Acorde con registros del Campamento Tortuguero del Totonacapan, que labora en aproximadamente 35 kilómetros de litorales en el municipio de Papantla; el saqueo se da entre cinco  y diez por ciento, en 15 a 20 nidos, y que dada la extensión de las playas y la limitación de recursos y personal que enfrentan, existen  dificultades para la vigilancia necesaria.

 

El saqueo se intensifica en la región de Tamiahua, debido a la gran “extensión de playa y poco personal técnico operativo”, con el que se cuenta.

 

En el territorio veracruzano existen de norte a sur 22 campamentos, cuatro de gobierno federal operados a través de Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas, y el resto manejado por asociaciones civiles interesadas en el tema de la conservación; cuatro se ubican en la región norte del estado, y que corresponden al de Chaparrales en Cazones, Fundación Yepes y Marcelino Yepes,  ambos en la región de Tecolutla, y el del Totonacapan, ubicado en la zona de Papantla. “todos los campamentos enfrentan falta de recursos”, afirmó.

 

Aparte del saqueo, las especies de tortuga tienen que enfrentar otros riesgos inherentes a la mano del hombre, como el uso irregular de redes para pesca, que son de malla más reducida, por lo que comúnmente se “quedan varadas en ellas” asfixiándose en 15 minutos, y a pesar de que en ciertas zonas está regulado su uso “algunos pescadores meten malla chica y ahí se quedan atoradas”, dijo.

 

Además la naturaleza hace su parte, ya que “cuando salen al mar, las gaviotas y otras aves, las depredan”; y  también “al hombre con el afán de tener un estatus, le ha dado por construir en zonas de playas, y eso ha limitado las áreas de alimentación”, de esta especie que puede llegar a vivir  150 años.

Expresó que a fin de proteger a las tortugas marinas, durante los últimos años se ha realizado un programa de marcado a nivel de investigación, con transmisores colocados en ellas, con fondos de las Naciones Unidas, desarrollando estudios en México, para conocer las rutas migratorias, e identificar su zona de alimentación, en Florida; área en donde hace algunos años se presentó un derrame de petróleo.

 

“Hubo muchas tortugas muertas, se puede fundamentar el sacrificio, tomando en cuenta la cantidad de tortugas que arriban a las playas del Totonacapan”, manifestó el especialista, quien consideró que las leyes para sancionar estas prácticas son muy ligeras.

 

 

No obstante, en los últimos años ha sido posible apenas sancionar a una persona, a la que se le dictaron cinco años de prisión sin derecho a fianza, lo cual sirvió para inhibir “al menos un poco” la comisión de estos delitos.