¿Y la capacitación ‘apá?

el

Transcurre el tiempo y a la fecha no se cumple la disposición de las autoridades

 

Por Adrián Mendoza Salazar

 

“Y la capacitación ´pá”, es lo que se oye constantemente en los pasillos y oficinas del Ayuntamiento, donde agremiados continúan ´descobijados´, gracias a la negatividad de su líder sindical, Gustavo Leoncio García García.

 

Sin embargo, a pesar que le fue exigida mayor productividad y reunir el perfil laboral a cada trabajador sindical, simplemente la petición de las autoridades municipales continúa a la espera.

 

En reuniones frecuentes a los directivos del sindicato se les encomienda regular a los empleados, quienes deben reunir el perfil para que reciban la capacitación necesaria, sin embargo, lo único que ha sobresalido, son las anomalías de algunos, como lo fue el caso del ahora exencargado de la oficina de Reclutamiento que fue cesado del Ayuntamiento.

 

 

Destacan que nuevamente se le exigió que diera a conocer la cantidad de personas, quiénes están a punto de jubilarse, con la finalidad de saber las vacantes y a quiénes era posible enviar en sus lugares, a lo que el líder destacó que buscaría la forma de que fuera de manera pronta, compromiso que no ha concretado para nada.

 

A su llegada al Palacio Municipal, Leoncio García se le ve deambular a diario, sin tener la más mínima preocupación de brindar la capacitación a los trabajadores, quienes la mayoría no devengan el sueldo, debido a que la Administración tiene que contratar a alguien más para que haga su trabajo, lo cual viene generando un excesivo gasto al erario.

 

Sin duda que es preocupante ver que de los 65 empleados sindicalizados, solo se les vea trabajar a algunos, mientras que la mayoría utiliza el caro equipo de cómputo para chatear o ver su facebook, entre otras redes sociales, perdiendo el tiempo hasta la llegada de las 15:00 horas, hora de salida.

 

Concluyen que esto debe verlo la sociedad, quien finalmente paga sus salarios a través de los impuestos, dinero que en suma son más de un millón de pesos que son tirados cada mes por algunos sindicalizados, quienes gozan de laborar en el Palacio Municipal, sin saber escribir en computadora u otros aspectos, donde solo surge su deficiencia, como lo fue el caso del ´dormilón´.