Familia Quevedo despide a Gerson

el

-Tras casi cuatro años de búsqueda

DE LA REDACCIÓN

Dos "Dientes de Leche" engarzados en oro, cuelgan de una cadena, y reposan en el tórax de un hombre, que en los últimos tres años nueve meses, junto con su esposa y su hija ha caminado, han llorado, han suplicado y han buscado por donde nunca imaginaron para encontrar a su hijo Gerson Quevedo. Este 20 de diciembre recibieron los restos del joven en la dirección de Servicios Periciales, su cuerpo fue hallado en las fosas de Colinas de Santa Fe. 

Viajaron durante más de ocho horas, salieron en la madrugada para estar en la dirección de Servicios Periciales a las 09:00 de la mañana, y ahí esperaron otras dos horas más para después llevarse los restos a una sala de cremación.

Una familia que hasta el 15 marzo del 2014, era conformada por un padre, una madre, una hija con licenciatura en Negocios Internacionales, un hijo estudiante del segundo semestre de arquitectura y otro más de preparatoria, fue mutilada por la delincuencia, cuando secuestraron a Gerson, ese sábado a las 09:00 horas.

La familia sabe que la vida jamás será igual, su última Navidad juntos fue el 24 de diciembre del 2013. Ahora en la ciudad que están, trabajan en su negocio, y sus días libres, que antes eran ocupados para vacacionar en alguna playa o con la familia, ese tiempo lo dan a otros padres y madres que buscan a sus hijos e hijas desaparecidos.

Es una mañana con sol en Xalapa, el padre de familia, Gerson Quevedo, se aparta del resto de la familia, su rostro demuestra tristeza, hace llamadas telefónicas una y otra vez, se niega a desayunar, a pedir un taco de canasta, con una mujer que los vende en una banqueta de la dirección de Servicios Periciales.

El hombre con edad superior a los 50 años, trae puesta una camiseta con la fotografía impresa de su hijo Gerson, y ahí también tiene con él, una cadena, de la cual cuelgan dos "Dientes de Leche" engarzados en oro.

Una de estas piezas dentales pertenece a su hijo Gerson, secuestrado el 15 de marzo del 2014 y que hoy le entregan sus restos, y el otro dientecito, es de su hijo Alán, futbolista de los Tiburones Rojos, asesinado el 16 abril, cuando iba a pagar el rescate de su hermano. Fue ultimado por los mismos delincuentes que le hicieron daño al estudiante de arquitectura.

Marisela Morales, madre de Gerson, tiene un gesto fuerte, de enojo, de impotencia, porque le arrebataron a sus dos hijos. Tampoco quiere hablar, solo desea que le den los restos y marcharse.

Margarita recuerda que su padre desde pequeños les enseñó el gusto por el fútbol, así que comenzaron a entrenar a temprana edad, y hasta ella, era jugadora de este deporte.

Sus dos hermanos quedaron seleccionados por el equipo Cruz Azul, y esta fuerza deportiva les otorgó una beca para entrenarán en la Ciudad de México, pero por temor a que pudieran ser víctimas de robos y asaltos, el papá y la mamá, decidieron no enviarlos y que se quedaran en el equipo de Tiburones Rojos de Veracruz.

Considera que la vida fue "irónica" porque decidieron no enviarlos a México por temor a un delito, y se quedan en Veracruz, donde secuestraron a Gerson a unas cuadras de su casa a las nueve de la mañana y asesinan a su hermano menor Alán por tratar salvarlo.

Michelle, y su familia entre ellos un primo, amigos y padres y madres de otros jóvenes desaparecidos salieron a prisa de la dirección de Servicios Periciales, con ellos, llevaban los restos de Gerson.

Viajaron un trayecto de 20 minutos, para internarse en la iglesia Emperatriz de las Américas, donde se llevó a cabo una misa, con el propósito de que el sacerdote diera la bendición y un eterno descanso a Gerson. 

Posterior regresaron a la avenida Murillo Vidal, al Velatorio Bosques del Recuerdo para hacer más trámites y se llevará a cabo la incineración de tres partes del cuerpo de Gerson encontrados en Colinas de Santa Fe y con los cuales pudieron hacer la comparación del perfil genético los peritos antropólogos de Argentina.

La familia y sus amigos fueron trasladados al crematorio localizado en la colonia Las Margaritas, donde fue la despedida final, antes de ingresar los restos al fuego.

Todos lloraban, y hacían oración por Gerson, le pudieron decir adiós y también llevárselo con ellos en una diminuta caja que les fue entregada, después de una hora en que el horno se apagó.