Se sufre grado más extremo de violencia

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-Lo demuestra asesinato de joven embarazada

Por Verónica Huerta

El asesinato de Jenny Judith Ceba Velazco en el municipio de Alvarado, a fin de extraerle su bebé, representó el grado “más extremo de la violencia” y esto hizo que diferentes voces se unieran para exigir justicia, pero así como hubo una investigación pronta por la Fiscalía General del Estado (FGE) debe haberla para otras mujeres, indicó la directora de Equifonía, Araceli González Saavedra.

Expuso que este lamentable suceso descubierto el 4 de abril, “es el grado más extremo, cuando pareciera que ya se ha presentado el mayor grado de crueldad, escalan a uno más, es muy preocupante y nos parecía que la Fiscalía debía actuar de manera inmediata y dar con la responsable”.

Al detener la FGE a los responsables de un delito como feminicidio u homicidio culposo se envía un mensaje diferente a la sociedad en el sentido de que no se va a permitir este tipo de violencia y que las instituciones van a actuar de manera pronta.

Sin embargo, agregó la defensora de derechos de las mujeres, en el caso de Jenny no solo pone en evidencia su asesinato, sino las condiciones de pobreza en las que vivía y esto habla de que no había justicia social para ella y su familia.

“Es preocupante porque tiene que ver con condiciones de pobreza de la víctima y este tipo de violencia como sociedad debe indignarnos y preocuparnos, como sociedad debemos tener una responsabilidad de qué podemos hacer para prevenir para atender estas problemáticas”, dijo.

De este caso llama la atención cómo las diferentes voces se unen a la indignación y una misma exigencia de que la FGE diera con los responsables.

Consideró que así como la sociedad se unió en una misma voz para exigir justicia por el asesinato de Jenny, debe ocurrir lo mismo para los feminicidios cometidos en contra de otras mujeres en Veracruz y México.

“Es una exigencia a las instituciones, es importante que como sociedad nos indignemos y exijamos justicia, sin embargo no solo en este caso, es importante que haya una respuesta mucho más consistente de modo que también se haga una presión en las instituciones para que actúen como lo hicieron en este caso”, indicó.

Por ello, dijo González Saavedra, es importante que desde la Fiscalía se haga un estudio de los casos que han ocurrido de feminicidios en el estado, con la intención de identificar cuáles han sido los errores u omisiones en la ruta de actuación de las instituciones.

“Esto nos puede ayudar a identificar cuáles son aquellas problemáticas que es importante que se atiendan no solo en el ámbito institucional sino en el familiar, comunitario, laboral, educativo, porque sigue habiendo una dificultad para reconocer la gravedad de la problemática de la violencia y de la violencia contra las mujeres”, afirmó.

A continuación otros casos de mujeres asesinadas en las últimas tres semanas en el estado de Veracruz.

El lunes 19 de marzo Antonieta Parra Perdomo fue herida de muerte en su domicilio, en la localidad de Pilares, municipio de Atzalan, cuando un sujeto desconocido le disparó. Más tarde murió en el hospital. Su hijo, de 27 años, Gustavo Mondragón Parra, la encontró sangrando.

El 28 de marzo en Ciudad Isla, Roanny Said Soler asesinó a puñaladas a su suegra, Isidra Castillo Cisneros de 41 años e hirió gravemente a su novia de 18 años, María de Jesús Sosa Castillo, en la colonia Paraíso.

El 4 de abril fue encontrada en la orilla de la carretera de Atzalan Paola Romero Mota, de 21 años de edad, asesinada tras recibir al menos cinco puñaladas. Dos días antes había sido reportada como desaparecida.

El 4 de abril en el municipio de Nautla fue encontrada una mujer de 83 años, Luisa A. O., brutalmente asesinada. Se presume que sujetos ingresaron a su domicilio para robarle y posiblemente la víctima los identificó y este fue el motivo para quitarle la vida.