Penales veracruzanos en su nivel más bajo

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DE LA REDACCIÓN

Los penales en el estado enfrentan problemas de sobrepoblación, hacinamiento, autogobierno de reos, violaciones a derechos humanos, falta de personal de seguridad y custodia, así como la presencia de actividades ilícitas.

Según el Diagnóstico Nacional de Supervisión Penitenciaria (DNSP) de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), en 2017 los cinco penales en el estado (cuatro estatales y uno federal), presentan una calificación por debajo de la media nacional de 6.30.

Y es que en los últimos doce años, los penales estatales en Veracruz registran calificaciones a la baja, pues pasaron de lograr en 2009 una calificación de 7.92 en promedio a 6.02, su nivel más bajo.

Esto ubica a los Centros de Readaptación Social (Cereso) de Veracruz en el lugar número 21 a nivel nacional en cuanto al cumplimiento de sus labores.

El DNSP señala que los casos más graves ocurren en el Cereso de Pacho Viejo y el de Acayucan, que tienen las peores calificaciones en la entidad, con 5.95 y 5.30, respectivamente. 

Aunque en todos los casos advierte deficiencias en infraestructura, deficiencias en higiene en comedores y áreas de atención médica, y falta de personal de seguridad y custodia. 

En general, durante 2017 si bien no se reportaron homicidios, se presentaron 38 quejas ante la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH) por la presunta vulneración de derechos legales y de seguridad jurídica de los reos, así como por violación a su derecho de ser tratado dignamente, derecho a la reinserción social y libertad e igualdad.

La mayoría de las quejas son contra las autoridades penitenciarias, personal médico, defensores público y personal de seguridad y custodios.

En el Cereso de Acayucan, la CNDH observó la presencia de autogobierno o cogobierno, que es el ejercicio de funciones de autoridad por parte de los reos.

Además, un insuficiente personal de seguridad y custodia, deficiencias en el servicio de salud, atención a reos en condición de aislamiento, así como insuficiencia en la imposición de sanciones disciplinarias, y una falta de prevención de violaciones en derechos humanos.

En el caso del Cereso de Pacho Viejo se observa una deficiente separación entre hombres y mujeres, así como entre procesados y sentenciados. Además de la presencia de autogobierno de reos.

La CNDH advierte una falta de prevención de incidentes violentos; violaciones a derechos humanos, falta de normatividad actualizada y deficiencias en los procedimientos de sanciones disciplinarias.

En el Cereso de Amatlán existe sobrepoblación de reos hombres, pues aunque su capacidad es de atender a 894, actualmente están recluidos 973.

Eso genera en el penal problemas de hacinamiento, insuficiencia de vías para la remisión de quejas por violaciones a derechos humanos, así como la inexistencia o deficiencia en las condiciones materiales y de higiene en áreas de cocina.

Y la CNDH advierte que la falta de personal de seguridad y custodia genera la presencia de actividades ilícitas en este penal.

Por cuanto hace al Cereso de Coatzacoalcos, conocido como Ostión Duport, el diagnóstico establece que también existen problemas de sobrepoblación, ya que actualmente tiene ingresados a mil 579 reos hombres, contra los mil 560 que tiene de capacidad.

Además, existe una insuficiencia en programas de prevención y atención de incidentes violentos, falta de prevención en violaciones a derechos humanos, deficientes condiciones para alojar a los reos. Además, inexistencia en higiene y materiales en el área de cocina.

Sobre el Centro Federal de Readaptación Social (Cefereso) número 5, localizado en Villa Aldama, la CNDH advierte que tampoco logra la calificación promedio a nivel nacional de 7.33, ya que reporta únicamente 7.02.

En este, el Diagnóstico establece que se han generado 59 riñas y se han presentado al menos 16 quejas ante la CNDH por presuntas violaciones a los derechos humanos de los reos.

Cabe destacar que la calificación lograda en 2017 es ligeramente más alta que la de 2016, cuando logró 6.95 puntos, y con lo cual se ubicó en el lugar más bajo de 2012 a la fecha.

Ahí los principales problemas son por el hacinamiento de reos, la deficiencia en los servicios de salud, insuficientes programas para prevenir incidentes violentos; falta de prevención de violaciones a derechos humanos.

Además, de deficiencias en materiales e infraestructura para alojar a los reos, e incluso deficiencia en su alimentación. Aunado a esto, el penal enfrenta problemas por la falta de personal de seguridad y custodia, así como deficiencias en la integración de expedientes técnicos-jurídicos, deficiente atención a personas mayores e indígenas y una inadecuada vinculación del interno con la sociedad.  

Por cuanto hace a las mujeres recluidas que tiene hijos dentro de los penales, el diagnóstico identificó que en el penal de Coatzacoalcos hay 14 mujeres con 15 hijos; en el de Pacho Viejo hay cuatro mujeres, con cuatro hijos.

En el caso del penal de Amatlán se registraron 13 mujeres con un total de 15 hijos y en Acayucan actualmente están recluidas cuatro mujeres con un total de cinco hijos.