Derecha gana en Colombia

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AGENCIA

Una derecha dura que vence pero no arrasa, una ex guerrilla castigada en las urnas y el histórico avance del centro y la izquierda: Colombia configuró un nuevo Congreso antes de elegir a su próximo presidente en mayo.

Aunque una vez más la abstención superó el 50%, las primeras legislativas que se celebraron con las FARC sin armas dejaron el terreno listo para la disputa para sustituir al presidente Juan Manuel Santos.

Y se ratificó que la izquierda, tras la victoria en la consulta interpartidista del ex guerrillero y exalcalde de Bogotá Gustavo Petro, tiene por primera vez posibilidades reales de poder.

SANTOS, SIN LEGADO

Exministro implacable de Defensa, Santos sacó adelante lo que parecía casi imposible antes de su llegada a la presidencia en 2010: un acuerdo de paz con el grupo rebelde más poderoso de América, con un ejército de 7 mil combatientes.

Las ya disueltas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) se convirtieron en partido, y están próximas a iniciar la confesión de delitos y la reparación de las decenas de miles de víctimas.

Pero mientras el mundo abrazó su iniciativa e incluso lo premió con el Nobel de Paz, en Colombia la popularidad de Santos no llega al 20% y la coalición con la que gobernó prácticamente quedó enterrada.

Su partido salió derrotado a manos de la derecha que más cuestiona al mandatario por el supuesto trato indulgente a los rebeldes marxistas.

El Partido de la Unidad Nacional perdió 19 escaños con respecto a la pasada legislatura y ni siquiera irá con candidato propio a las presidenciales.

URIBE PISÓ FUERTE

Álvaro Uribe se consolidó como el gran elector de Colombia.

No solo fue el aspirante al Congreso más votado, con 870 mil votos, sino que su partido dio un golpe de mesa en el parlamento y su ahijado político, Iván Duque, ahora pisa más fuerte hacia las presidenciales.

Con un mensaje de rechazo al acuerdo de paz y el miedo a que Colombia se convierta en una Venezuela, Uribe logró posicionar a su partido Centro Democrático (derecha) como el más votado del Congreso.

Pese a que su victoria no fue la paliza que auguraban las encuestas, su movimiento se convirtió en la principal fuerza en el Senado al igualar su representación actual de 19 curules.