Descuidado el sistema Cutzumala

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-No se le ha dado el mantenimiento adecuado, y las tuberías están en pésimas condiciones

AGENCIA

Mejor aguantar la escasez de agua durante 3 o 4 días por una obra que debió realizarse hace 40 años, que arriesgarse a que por la corrosión de la tubería de acero del sistema Cutzamala la población del Valle de México se quede sin el líquido durante 3 o 4 meses, aseveró Luis Robledo Cabello, miembro de la Academia de Ingeniería y perito en ingeniería hidráulica.

Explicó que a diferencia de otras ocasiones, la suspensión del servicio no se debe a trabajos de mantenimiento sino a la realización de una pequeña obra de 500 metros de largo, para contar con dos tuberías para abastecer de agua a la zona metropolitana.

Afortunadamente, la Comisión Nacional del Agua (Conagua) decidió colocar una segunda tubería paralela y “yo me congratulo que la suspensión de agua sea nada más de 3 o 4 días porque si no se hace sería muy grave. Así que hay que aguantar la escasez de agua porque es para la seguridad de todos”.

Robledo Cabello quien forma para de los programas de prospectiva y planeación de la Academia de Ingeniería, refirió que ha habido varios proyectos para abastecer de agua a la Ciudad de México desde Tula, en Hidalgo, Temascaltepec del Estado de México, Tecolutla, en Veracruz y hasta del Río Balsas, en Guerrero, pero no se han concretaron por diferentes causas.

Los proyectos resultan costosos y aunque podrían financiarse dando como garantía de pago lo que cobran los gobiernos por las tarifas de agua, ésto no se hace porque para no perder votos los políticos no ofrecen a los electores no subirlas, dijo.

También criticó la iniciativa del senador Martí Batres de prohibir las concesiones del agua para evitar su privatización pero el especialista fustigó que si llega a aprobarse “va a parar el desarrollo hidráulico del país” y la Academia de Ingeniería solicito audiencia en la cámara alta para advertirlo, aunque comentó que al parecer la propuesta quedó congelada.

Sin embargo, el sistema tarifario se ha deteriorado a lo largo de 20 o 25 años y no se puede subir por decreto a su costo real porque “se armaría una revolución en la ciudad, pero se requiere una estrategia de incremento gradual tarifario para que paguemos lo que el agua vale”, señaló.