Referéndum sobre Trump

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AGENCIA

Siempre dicen que son las elecciones más importantes de la década, del siglo, de toda la historia, pero en este caso, puedan que tengan razón: las elecciones intermedias del 6 de noviembre son un referéndum sobre Donald Trump y sus políticas, pero también sobre si aún funciona la luz de este país que se autoproclama el “faro de la democracia”.

Más aún, definirán la configuración de la contraparte del nuevo gobierno entrante en México por los próximos dos años.

En estas elecciones intermedias está en juego el control del poder político en Washington, ahora bajo monopolio republicano subordinado a Trump, donde están sujetos a elección todas las 435 curules de la Cámara de Representantes, y 35 del Senado. El mismo día, también culminan contiendas para gobernador en 36 de los 50 estados.

Las encuestas y analistas electorales coinciden en que los demócratas son favorecidos para reconquistar la cámara baja y que los republicanos mantendrán la mayoría en el Senado. Pero las encuestas y los analistas fracasaron monumentalmente en sus pronósticos de la elección presidencial de 2016, algo que tienen que reconocer una y otra vez en esta, su primera oportunidad en intentar recuperar su confiabilidad.

Por lo tanto, es aún posible que el partido subordinado a Trump triunfe en ambas cámaras, con lo cual los próximos dos años se consolidará no solo el poder del presidente, sino que su agenda no enfrentará ningún obstáculo.

Igual, no se puede descartar por completo la posibilidad de una derrota total de Trump y su partido, con los demócratas logrando la mayoría en ambas cámaras.

Casi todos afirman que esta elección es sobre todo el primer referéndum sobre la presidencia de Trump. El propio presidente ha promovido eso, con su mensaje de que “voten como si yo estuviera en las boletas” y advirtiendo de consecuencias desastrosas para el país si gana esa “turba” demócrata que promoverá propuestas “socialistas” y abrirá las fronteras a los inmigrantes que llegarán no solo a robarse empleos, sino amenazarán al país si no por ser criminales, si al votar.

El eje de la estrategia electoral promovida por Trump incluye la retórica y acciones anti-migrantes, y Trump está apostando a que esto logrará mantener el control republicano de por lo menos el Senado.

Trump no ha dejado de advertir que se aproxima una “invasión” de caravanas centroamericanas y que eso, combinado con “demócratas radicales” ponen al país en riesgo. Este domingo festejó como los soldados que está enviando están colocando un “bello alambre de púas” en la frontera.

Por su parte, el expresidente Barack Obama, rompiendo con el usual protocolo de un expresidente, ha reaparecido en eventos de campaña para apoyar a su partido, afirmando que el “carácter mismo de nuestro país” está en juego y deploró que Trump y los suyos usen el temor y a una caravana de pobres como “una amenaza existencial” como parte de su estrategia electoral.