Sólo buenas intenciones en reunión Putin-Kim

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AGENCIA

Con un retraso de ocho años desde que asumió el cargo el huésped Kim Jong-un, líder de Corea del Norte y su anfitrión, Vladimir Putin, celebraron este jueves en el puerto de Vladivostok -en el lejano oriente de Rusia- su primera reunión cara a cara, sin otro propósito que producir un claro mensaje en el sentido de que es imposible resolver las controversias en el mundo únicamente con sanciones y amenazas, como pretende el presidente de Estados Unidos, Donald Trump.

En conversaciones a puerta cerrada, tanto en el encuentro de los presidentes solos como en la reunión con miembros de sus comitivas -y a falta de los trascendidos interesados que suelen producirse-, poco puede saberse de qué acuerdos alcanzaron los líderes ruso y norcoreano, si es que hubo alguno.

Se sabe, en cambio -por las declaraciones formuladas a la prensa por Putin al término de la visita oficial del presidente norcoreano-, que el titular del Kremlin, convencido de que es la única vía para un arreglo que satisfaga a todas las partes, ofreció a Kim tratar de reanimar el formato de negociaciones a seis bandas (además de Corea del Norte y Rusia, Corea del Sur, China, Estados Unidos y Japón) si bien no parece ser una solución en el corto plazo mientras Pyongyang no cuente con sólidas garantías de seguridad a cambio de renunciar a su programa nuclear.

Tampoco se infiere que Kim haya cambiado de opinión respecto de negociar sólo con Estados Unidos, lo cual hubiera podido presentarse como un éxito de la habilidad de Putin para convencer al líder norcoreano de la necesidad de desnuclearizar su armamento, algo que Rusia, como potencia nuclear, también está interesada, si bien es consciente de que Corea del Norte tiene derecho a presentar la defensa de sus intereses nacionales como principal argumento para negarse sin obtener nada a cambio.

Dos días antes de la cumbre, el asesor de política exterior de Putin, Yuri Ushakov, adelantó que no estaba previsto que los presidentes firmaran ningún documento ni habría tampoco, en contra de lo que se acostumbra en casos de cumbres similares, comunicado oficial ni conferencia de prensa conjunta.

Por ello, a nadie sorprendió que la única fuente para tener información de qué pasó detrás de las paredes fue el propio Putin en declaraciones cuidadas, aparte de las imágenes de cordialidad que se dispensaron ambos líderes ante los reporteros gráficos y la televisión, en las tomas de escenas protocolarias.