Rechaza ‘Open Arms’ acogida de España

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AGENCIA

Ante la “cerrazón” y la “inconcebible respuesta” del gobierno italiano y del ministro del Interior, el ultraderechista Matteo Salvini, el presidente del gobierno español en funciones, el socialista Pedro Sánchez, ordenó que se habilite el puerto de Algeciras, en el Mediterráneo, para que pueda atracar el buque de ayuda humanitaria Open Arms.

Sin embargo, la ONG decidió rechazar la oferta, alegando que se encontraba muy lejos del puerto y que la situación era de extrema gravedad para afrontar un trayecto que supondría entre siete y ocho días de navegación.

El barco tiene ahora en su interior a 107 migrantes africanos que fueron rescatados de la muerte en alta mar, cuando intentaban llegar a costas europeas en su diáspora en busca de una vida mejor. 

Las llamadas de socorro de los últimos días de los responsables de la organización no gubernamental Open Arms, fundada y coordinada por el catalán Óscar Camps, finalmente obtuvieron respuesta por parte del gobierno español, que se había mostrado reticente a abrir las fronteras del país para darle cobijo a estas personas en riesgo de muerte, como sí hizo en su día con el buque Aquarius y a los pocos días de tomar posesión del cargo, hace algo más de un año y tres meses.

 En un comunicado, el gobierno del socialista Sánchez explicó que “ha tomado esta decisión por la situación de emergencia que se vive a bordo, tras dos semanas de navegación. La inconcebible respuesta de las autoridades italianas, y en concreto de su ministro del Interior, Matteo Salvini, de cerrar todos los puertos, y las dificultades expuestas por otros países del Mediterráneo central, han llevado a España a liderar nuevamente la respuesta a una crisis humanitaria”, dice el texto.

 Sin embargo, un vocero de la ONG rechazó la oferta alegando que la situación es de "emergencia humanitaria" y que, tras 17 días en el mar, no están en condiciones de afrontar una travesía tan larga. "No aceptamos España. No podemos poner en peligro la seguridad y la integridad física de los inmigrantes y de la tripulación.

Necesitamos desembarcar ya”, señaló el vocero, reclamando de nuevo un gesto del gobierno italiano y de la Unión Europea (UE).

A pesar de la gravedad de la situación desde hace días y de las órdenes judiciales que había recibido el gobierno italiano, el ministro Salvini se aferró a su ideario xenófobo y ultranacionalista para negarse a abrir las puertas del país a estas personas. Sólo lo hizo y a regañadientes para desalojar de la embarcación a 27 menores de edad al borde de la muerte. Ni los intentos de suicidio al interior de la embarcación ni que varios migrantes decidieran saltar sólo con un chaleco salvavidas para intentar llegar a nado a las costas italianas hicieron cambiar su postura al gobierno italiano.