Asaltan instalaciones de Pemex en Papantla

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-Trabajadores denuncian inseguridad en instalaciones de la empresa productiva

-Venden lo robado a un "Pastor" de la comunidad Emiliano Zapata

DE LA REDACCIÓN 

Apenas hace once meses se cometió un asalto en el que fue privado de la vida a machetazos un perro “guardián” que se encontraba en el interior de la batería de separación San Andrés 1, que se localiza en la comunidad Emiliano Zapata, en donde opera una banda delincuencial plenamente identificada que de nueva cuenta atacó las instalaciones petroleras, poniendo en riesgo su seguridad, cámaras de seguridad de Pemex, gravaron a los autores del robo, los cuales mantienen asolada dicha localidad, pues sus integrantes se caracterizan por ser violentos.

El pasado 16 de abril, sujetos desconocidos intentaron introducirse a las instalaciones petroleras y la tarde-noche del viernes pasado, lograron su cometido, introduciéndose al lugar de donde sustrajeron equipo, cables de bronce, entre otros objetos, aprovechando que las instalaciones propiedad de Petróleos Mexicanos se encuentran en despoblado y con falta de vigilancia, los empleados petroleros demandan mayor seguridad, pues resultan víctimas de asaltos en sus centros de trabajo, a pesar del reiterado llamado de las autoridades del lugar, han sido ignorados por las  corporaciones policiales.

Cabe señalar que la batería de separación de Pemex, se localiza en la comunidad Emiliano Zapata, a unos 500 metros de la carretera Poza Rica-María de la Torre, en las inmediaciones de lo que fuera el Campo San Andrés, el cual fue entregado para su operación a la empresa venezolana Oleorey, pero a pesar de ello, Petróleos Mexicanos mantiene a su personal en el lugar las 24 horas, que se encuentran en grave riesgo durante sus guardias, debido a esta banda delictiva que tiene bajo su yugo a esa localidad.

 Dichas instalaciones petroleras se encuentran, precariamente, protegidas con una cerca de malla ciclón, el 16 de abril los maleantes que intentaron ingresar al lugar fueron recibidos por un perro que habría sido adoptado por los trabajadores petroleros como mascota, el cual al tratar de evitar el asalto fue herido a machetazos y perdió la vida, a pesar de la gravedad del caso, Pemex no tomó medidas y tampoco la Gerencia de Seguridad Física de Petróleos Mexicanos, dejando a sus trabajadores a merced del crimen organizado.

Este fin de semana los delincuentes que están plenamente identificados, regresaron a las instalaciones petroleras y cortaron la malla ciclón y se introdujeron, los trabajadores petroleros se resguardaron en el interior, mientras que las cámaras de seguridad gravaron el momento en el que ingresaron y cometieron el robo, apreciándose en el, a un sujeto presuntamente identificado como Lester Hernández García, vecino de la comunidad Emiliano Zapata, el cual aseguran que junto con sus cómplices tiene asolada a esa localidad, a pesar de que los trabajadores de Pemex pidieron ayuda, esta llegó 40 minutos después.

El índice de criminalidad en instalaciones petroleras no es preciso, pero se sabe que es elevado en la zona norte, los trabajadores denuncian que los casos que son denunciados no son atendidos por Petróleos Mexicanos, a pesar de que en algunos de ellos sus compañeros han perdido la vida, señalando que en  2017 fueron asesinados al menos 14 trabajadores, dos de ellos funcionarios de la Sección 30 del STPRM, siete crímenes en Poza Rica, dos en la comunidad Agua Dulce, perteneciente a este municipio, uno en Coatzintla, uno en Naranjos, uno en Tihuatlán y otro más en Tuxpan, más los que se han sumado en lo que va del año.

Los atemorizados vecinos de este lugar, señalan que la banda de Lester Hernández García, ya está plenamente identificada por las autoridades de Pemex, ya que estas instalaciones cuentan con cámaras de seguridad ocultas dentro de las mismas, pero desafortunadamente los responsables de Petróleos Mexicanos, no hacen su trabajo denunciando en tiempo y forma ante las autoridades correspondientes para integrar una Averiguación Previa por presuntos delitos federales, como el robo a mano armada, con machetes, con cuchillos y hasta con hachas para romper las puertas de oficinas, donde se resguardan los trabajadores.

Los mismos trabajadores petroleros señalan que son sacados de las instalaciones por los delincuentes, sometiéndolos al grado de golpearlos para robarles sus pertenencias, sin embargo, las jefaturas de Pemex, no toman en cuenta el peligro que corren sus trabajadores y la misma población, ya que los delincuentes cortan tubos y otros objetos que podrían provocar una tragedia, ya sea un derrame de hidrocarburo o una fuga de gas, que no pueden ser evitadas al momento del asalto, pues el personal queda sometido.

Lo anterior debido a que en el lugar se encuentran las plantas de proceso de gas y aceite, en las cuales puede presentarse una fuga de gas a altas presiones o de aceite, ocasionando una explosión a grandes dimensiones o una contaminación mayor u intoxicación de grandes proporciones a la gente, por los olores  emanados de ese gas y con la inseguridad en la que trabajan los petroleros, dejan de hacer correctamente su trabajo dejando a la deriva las instalaciones, sin darles la atención a su debido tiempo, por miedo a salir de esta

Las mismas fuentes señalan que el presunto delincuente al que identifican como Lester Hernández García, todo el tiempo anda acompañado de un sujeto al que solo conocen como Erik, el cual es vecino de la comunidad Rodolfo Curtí, aunque está casado con una muchacha de Emiliano Zapata, por ello es que vive en ese lugar, así como otro personaje de nombre Miguel, que es primo del jefe de dicha banda delictiva, quienes aseguran que se dedican a roban por las noches y esconden todo el material en el monte y al día siguiente cuentan con el apoyo de un sujeto apodo “el camarón”, vecino de la comunidad Rodolfo Curtí , quien se transporta en una camioneta Nissan, color azul con gris.

Por lo que durante el día cargan todo lo robado y llevan a vender el material a un presunto “pastor”, de la comunidad Emiliano Zapata, señala la fuente que los mismos delincuentes no nada más afectan las instalaciones petroleras, también a los mismos habitantes de la comunidad, quienes denuncian de manera anónima la forma de operar de este sujeto y su banda, por lo que piden la intervención de las autoridades, ya que esta situación cada día es más incontrolable para los habitantes, por ello es que varias familias han abandonado sus casas y se van a vivir a otras comunidades por miedo a ser víctima a de robos o de otros delitos, debido a la inseguridad que priva en dicha comunidad.