¡Póngase la Verde!

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“Me encomiendo a Dios, le rezo con fervor a la Virgencita de Guadalupe para que el equipo que juega allá en Brasil no pierda. Le pido a ‘Diosito’ que les de fuerza y que no se dejen ganar, que le pongan muchas ganas y que ganen todos los juegos”, expresó con seriedad un vendedor de playeras verdes que ofrece su mercancía imponiéndose a los gritos de los parroquianos, que exaltados, lanzan toda suerte de maldiciones en contra de los jugadores brasileños que constantemente amenazan la portería que cuida Guillermo Ochoa.

“No… el futbol no me gusta nada, nunca lo jugué; allá en la Sierra de Puebla, de donde soy, no hay terreno plano pa’ jugarlo. Quiero que ganen porque así seguiré vendiendo mis playeras, no he vendido muchas, tengo todo mi “capitalito” invertido y si llegan a perder, ¿dígame usted, cuando me recupero?”, enfatizó.

 

“Vendí el café, tengo un pequeño cafetal y le dije a mi mujer: Mira, si nos gastamos todo en comida, el dinero se nos acaba y ‘luego’ qué vamos a hacer, mejor vamos a darle una vuelta a ese ‘dinerito’. Yo veo que para mucha gente, el mentado futbol es como su religión, el árbitro como el sacerdote y los de la bandera como los acólitos, veo al compadre cómo vende playeras de cantina en cantina, porque los borrachos ya borrachos les da por comprar cualquier cosa, ‘cuantimás’ una playera de esas que usan los jugadores”, declaró.

“Pa’ sustos no gana uno, esos del Brasil a cada rato fastidiando al Memo Ochoa, los borrachos gritando como si trajeran el diablo por dentro y yo con el Jesús en la boca, Dios santísimo císcalo que no le metan gol al portero, ¿Qué cuentas le voy a entregar a la vieja si me quedo con las playeras? Y luego dicen que los que van jugar contra México, los mentados esos de Ucrania son unos diablos, Virgen Santa, mejor me hubiera quedado en el rancho, siento pálpitos en el corazón cada que uno de esos patea la pelota en contra de los de México. Una playerita para “usté”, para su chavo, una playerita, póngase la verde”, finalizó.