Burocratismo retrasa mejoras en la Catedral

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El mantenimiento en áreas internas lo ha hecho la propia comunidad, con severa dificultad

Hay quienes se levantan el cuello para hacer alarde

Catedral, referente de la ciudad

Liz Martínez

Tuxpan

Debido a que el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) considera monumento histórico al edificio de la Catedral de Nuestra “Señora de la Asunción”, emblemática para la ciudad, el trabajo de mantenimiento, más que de  remodelación ha sido difícil, explicó el párroco encargado de la misma, Eduardo Cervantes.

La pintura, sacudida, puertas, el jardín, las luces del interior y demás adecuaciones “en un templo  viejo  como éste, que tenemos el freno del INAH, es difícil, porque no puedes hacer lo que realmente necesitas y tienes que pasar por todo el trámite burocrático, entonces ese trámite a veces en lugar de agilizar, estorba”, declaró el  padre.

Sin embargo, al ser un monumento histórico, siempre hay necesidades que se deben atender para que los fieles católicos tengan un lugar digno donde celebrar la fe, más aún cuando es un espacio en el que hay elementos caros,  pero “a veces se levantan el cuello otras personas y hacen mucho alarde, no por ayudar, nada más para hacer alarde, y hay un punto de partida en toda organización: que la comunidad cuente con sus propios recursos. Cuando se vive con paternalismos como se ha vivido en el país, se hace mucho daño; qué importa que puedas comprar una banquita, pero con el trabajo de todos”.

 

Además de haber arreglado las bancas largas tradicionales, decidieron colocar en las áreas laterales 20 más para “hacer más cómoda la participación en la liturgia, y cuando no hay misa, les ayuda a rezar ante el Santísimo Sacramento, y piadosas que le rezan a la Virgen de Guadalupe”.

Explicó el sacerdote encargado que la iglesia Catedral es la “gran casa”,  que congrega a toda la familia de los bautizados, la familia de Dios, por lo que procuran darle mantenimiento constante con ayuda de la feligresía, dinero que la misma ciudadanía da en limosnas y con el Consejo Parroquial, mas no de otros personajes.

“El patronato hace su parte, pero más bien yo veo que quien lleva esto es la comunidad: los que vienen a misa, los que cooperan de diferentes maneras con su  ofrenda, el Consejo Parroquial que hace unas ventas los domingos después de misa; todas las bancas en remodelación, las bancas nuevas, reparaciones en las puertas son con la cooperación del Consejo y personas que dan donativos, que se ocupan en lo que se ve”.

Aclaró que lo que se obtiene se va invirtiendo de inmediato, porque es una estructura que además de requerir sumo cuidado al momento de la mejoría física, también debe ser constante y no permite se logren obtener  grandes montos económicos, porque se perdería más tiempo, por lo que llegaron a convenios con quienes hacen los trabajos y se les va pagando como les es posible.

 

Mantener un amplio edificio es costoso; tan sólo las paredes deben pintarse cada año y medio, mientras que mil 500 pesos aproximadamente vale cada banca y 10 mil pesos es el costo de un vitral.