Con futuro incierto
Desde Michael Laudrup y hasta André Villas-Boas, entre Koeman y Roberto Martínez, Laurent Blanc, Óscar García o el mismísimo, José Mourinho (cuyo nombre se desmintió de forma casi automática), el banquillo del Barcelona que ocupa Luis Enrique ha sido motivo de atención en los dos últimos meses.
En el peor momento de la temporada, al comienzo de este 2015, Josep María Bartomeu puso en marcha un plan de urgencia en el que contempló el ´fichaje´ de Óscar como director deportivo, con disposición a ocupar el puesto de entrenador y aunque el catalán rechazó el ofrecimiento y ´el asunto se enfrió´ por la ´resurrección´ del equipo azulgrana, el futuro del asturiano no se ve asegurado más allá del final de la temporada. Sea cual sea el desenlace.
Es curioso porque a los medios próximos al Barcelona el despegue no les ha impedido seguir haciendo ´cábalas´ al referirse a Luis Enrique y en los últimos días se ha instalado la sensación de que a pesar de tener una temporada más de contrato firmada, el propio técnico estaría ahora mismo por la labor de abandonar el puesto ´motu proprio´, decepcionado con el poco apoyo institucional que observa desde el club, su difícil relación con algunas de las estrellas del vestuario y su nulo entendimiento con el entorno, llámese medios de comunicación.
Constantemente se ´bombardea´ a la afición con la noticia de que la relación entre Messi y Luis Enrique es inexistente. Ni el uno ni el otro han hecho nada por desmentir el rumor y mientras el argentino mantiene un discurso cerrado con alguna indirecta que no hace más que alimentar la ´rumorología´, el entrenador se escuda invariablemente en el "no alimento polémicas", sin ofrecer argumento alguno que niegue esa situación.
Quien conoce al asturiano, desde su época de futbolista, sabe bien de su fuerte carácter y no es difícil de adivinar que su faceta de entrenador no ha cambiado las cosas. Es por ello que se ha instalado ese rumor por el que se considera que sería él, directamente, quien rechazaría su continuidad más allá del final de la temporada. Y, también, ello provoca que de forma puntual, pero seguida, vayan apareciendo posibles candidatos a sucederle en el puesto.
Luis Enrique, absolutamente hermético, no da pie a que se acaben los chismes de ningún tipo y proclama que su única labor, su único objetivo, es "jugar cada partido como si fuera el que nos va a dar el título". Y deja que la bola vaya hinchándose a su alrededor con los medios repitiendo ´la misma cantinela´. Hace dos meses se daba por hecho que el Barça no quería a Luis Enrique. Hoy, sin que se sepa en realidad quién le quiere y quién no en el club, empieza a extenderse la sensación de que Luis Enrique se plantea ´arrojar personalmente la toalla´ en junio.