¡Sufrido pase!
Atlético de Madrid consiguió el pase a los Cuartos de Final de la Champions League en la ´tanda de penales´, luego de que un gol de Mario Suárez en la primera parte empatara la eliminatoria ante el Bayer Leverkusen a uno. La persistencia del Atlético de Madrid terminaría por rendir frutos. Intenso, como le gusta al Cholo, el conjunto rojiblanco se lanzó por todo.
El cuadro colchonero que salió a pelear por lo que le quedaba de vida en la competición a la que ha apostado todo, se asemejaba más en energía y voluntad al de antaño que al que a tropezones ha hilado tres empates consecutivos en la Liga Española y que había comprometido los Octavos de Final de la Champions League, al caer en la ida uno por cero en el campo del Bayer Leverkusen.
Simeone apostó esta vez por la velocidad en la media, en lugar de la ´fuerza bruta´, confiando el ataque al máximo goleador del conjunto rojiblanco, Mario Mandzukic. Los locales intentaban por todos los medios sorprender al rival. Desbordado, Leverkusen apenas podía contener a Koke, Arda y Cani en la media o los ágiles movimientos de Antoine Griezmann en ataque. En el área de Moyà, mientras tanto, todo transcurría con relativa tranquilidad, hasta que en el minuto 25, el arquero se lesionó al salir por un balón aparentemente inofensivo; Oblak no tuvo tiempo ni de calentar antes de ocupar su posición.
La afición recibió al esloveno con reservas, pues no imaginaban que pasado el tiempo reglamentario ´sacaría la casta´. El agobio de los hombres de Simeone se notó en la manera desesperada en que trataba de alejar al rival lo más rápido posible, a base de cortes apurados y balonazos. Pero la crisis duró solo dos minutos, pues a la siguiente oportunidad rojiblanca, Mario Suárez devolvió el partido a su curso.
El mediocampista culminó un intento del Atlético con un disparo raso desde fuera del área entre varios defensores, que golpeó ligeramente en Toprak, antes de colarse en la portería de Leno. Con mayor frialdad, los del 'Cholo' continuaron buscando la meta contraria. Pero los alemanes también reaccionaron cerrando aún más sus filas en defensa y aumentando la agresividad en los balones divididos. En ataque, sin embargo, el conjunto alemán parecía ´estancado´.
Tanto, que no llegaron a convertirse en una amenaza hasta el final de la primera tarde, cuando el conjunto visitante ´hilvanó´ su primera jugada de peligro y requirió que Oblak sacara un balón en la línea. La agresividad con que peleaban ambas escuadras no hizo más que aumentar tras el descanso. El Atlético, en su intento por sentenciar cuanto antes, prácticamente forzó al Bayer a encerrarse en su mitad de la cancha. Y no fueron pocos los intentos del Atlético por marcar el segundo, que si no se materializaron fue por falta de puntería, ya fuera con disparos demasiado elevados, los múltiples servicios de Griezmann desperdiciados o, extrañamente, varias jugadas ´a balón parado´ fallidas.
A siete del final del tiempo reglamentario ya era claro para ambas escuadras que el partido se alargaría y se concentraron entonces en administrar la energía que les quedaba. Aumentaron las cargas, los codazos y las patadas a destiempo. Los nervios en las áreas técnicas, especialmente en la del 'Cholo'. También la intensidad con que ambas escuadras buscaban evitar los penales, pero simplemente no fue suficiente.
Se acercaba la inevitable ´tanda de penales´ y la afición intentaba animar al arquero suplente, Jan Oblak, que tenía ante sí la prueba más dura a la que ha sido sometido desde su llegada, el verano pasado. Raúl García falló el primer tiro y la grada temió lo peor; pero en la respuesta alemana, Oblak detuvo el lanzamiento de Hakan Calhanglu. Marcó Griezmann, después Rolfes para los alemanes, Mario Suárez para el Atlético y en el cuarto turno, Oblak detuvo a Toprak.
La grada estalló de alegría solo para ser acallada por Leno, que ´hizo lo propio´ con Koke. Castro anotó el segundo para los alemanes; Torres, el tercero para el cuadro local. El estadio contuvo el aliento y se encomendó a Oblak y a la suerte, que esta vez decidió sonreír al Atlético, cuando Kiessling le pegó fatal para mandar el balón completamente desviado y con ello, dejar el boleto para Cuartos, en el Manzanares.