Bélgica enfrenta a Estados Unidos
Octavos de final
Bélgica contra Estados Unidos, los renovados “diablos rojos” frente al entusiasmo norteamericano, oponen en el Arena Fonte Nova su objetivo de lograr una plaza en los cuartos de final del Mundial. Bélgica llega a octavos con el total de puntos de la primera ronda y un déficit de juego.
Estos belgas, el equipo más joven en octavos, han sido más pragmáticos que brillantes, han ganado todos sus partidos (ante Argelia, Corea del Sur y Rusia) por el mínimo margen y no han desplegado el juego que les supone por la calidad de sus futbolistas. Pero eso es algo que, por el momento, no le incomoda al técnico, Marc Wilmots.
Estados Unidos, mientras, opone entusiasmo y el carisma de su técnico, el alemán Jürgen Klinsmann, que parece convencido de cuál es el mensaje que quieren oír sus seguidores. A Klinsmann, campeón del mundo en Italia 1990 como jugador y tercero como entrenador en Alemania 2006, se le recriminó que admitiese, en una entrevista, que "no era realista" pensar que Estados Unidos podía ganar el Mundial.
Desde entonces, ha cambiado el discurso. Primero, pidió a Barack Obama que concediese un día festivo para que los aficionados pudiesen ver el partido y, el fin de semana, sugirió a los familiares de sus jugadores, que no saquen el billete de vuelta hasta después del 13 de julio, el día de la final.
Son mensajes del gusto estadounidense, avalados por su supervivencia en el que ellos mismos denominaron "el grupo de la muerte" (con Alemania, Portugal y Ghana) que ha encontrado un seguimiento inusual en un país poco interesado por el futbol. Según la FIFA, la audiencia de su partido contra Portugal, superó a las finales de la NBA y muchos encuentros de las series mundiales del béisbol.
Los problemas de Wilmots, mientras, están en la defensa. El técnico perdió al lateral Van den Borre, con una fractura de tibia, Vincent Kompany arrastra molestias musculares durante todo el torneo y Thomas Vermaelen se recupera de una contractura que sufrió en el último partido.