“A oscuras” pasa Jeanny Arroyo por el Congreso
María Elena Ferral
Con la improvisación y el abuso del poder como características típicas de su trabajo político, la aún diputada federal, Alma Jeanny Arroyo Ruiz, presume de sus viajes a Europa como si hubieran servido para algo al Distrito, cuando en realidad debería sentirse avergonzada por su pobre desempeño en el Congreso federal
Aún si ella quisiera olvidar su pésima imagen como política y su nula labor como Legisladora, su partido, el PRI, no lo ha hecho y para muestra, basta saber que la mandaron a Sonora, a hacer campaña con Claudia Pavlovich, candidata a gobernadora de ese estado, para que no haga más daño con su presencia en esta región.
Con nulas participaciones en la máxima tribuna del país, sin pena, ni gloria y sin resultados para el Totonacapan, así concluye su cargo Jeanny Arroyo, quien solo lo utilizó para promover su imagen, para tratar de “empoderarse” e implantar un cacicazgo, al pretender asumir el control político de esta región, de donde prácticamente tuvo que salir “huyendo”, tras convertirse en “la sepulturera” del PRI.
En el Totonacapan no hay beneficios para el sector indígena que, una y otra vez, dijo que iba a apoyar, mientras se daba la gran vida a costa del erario, es pobre el trabajo como gestora de la legisladora. Sus ausencias prolongadas en el Congreso de la Unión y su falta de ideas, lograron que todas sus proposiciones fueran a parar a la basura, pues solo ocupó el cargo para viajes y lujos.
La diputada federal Jeanny Arroyo, tuvo contadas asistencias al Congreso de la Unión, pero eso sí, cobró puntualmente sus quincenas y otras compensaciones y estímulos por “levantar la mano” y aprobar Leyes y Reformas que laceran al pueblo, ocupando el cargo para realizar viajes de placer a países como España e Inglaterra, entre otros.
Utilizó pretextos que en nada resolvieron los problemas que aquejan a su Distrito como la tan cacareada “actividad citrícola de Cataluña y la región de Valencia, España”, la legisladora excusó su viaje a ese país, para un supuesto “intercambio de experiencias, en representación de la LXII Legislatura, junto a productores veracruzanos”, el cual como era de esperarse, nada bueno arrojó, al menos no para la zona que representa, pues los citricultores atraviesan momentos críticos ante la falta de apoyos oficiales y de mercado.
Sin recato alguno presumió la gran vida que se dio a costa del erario de los mexicanos, con viajes, lujos y ´jugosos negocios´, valiéndose del cargo, no le importó la crisis que está a punto de provocar un ´estallido social´ en el Totonacapan, en donde sus habitantes no tienen empleo, son víctimas de la inseguridad, el campo agonizante y la población desesperada por los altos costos de los servicios como la luz, la gasolina, cuyos incrementos siguen imparables.
Durante el tiempo que fungió como diputada, su nombre apareció en cuatro proposiciones, de las cuales en una fue proponente y otra suscrita, sin embargo, todas y cada una fueron desechadas, lo que habla de su pobre trabajo como gestora y su falta de ideas, ya que todas las proposiciones fueron para proponer comisiones especiales y ahora, tras convertirse en la “sepulturera” del PRI, prefirió salir huyendo y refugiarse con su ´padrino político´, el también diputado federal, Manlio Fabio Beltrones Rivera, yéndose a operar la elección en Sonora.