Creever, esperanza de niños
Con terapia constante y aparatos funcionales, pacientes alcanzan su autonomía
Además de una notoria mejora de su salud, José Roberto, un niño de 10 años de edad con daño psicomotor craneoencefálico, paciente del Centro de Rehabilitación e Inclusión Social (Creever), logró dar sus primeros pasos, comer por sí mismo y mostrar mayor entusiasmo por la vida y todo lo que lo rodea.
Este avance lo consiguió gracias al cuidado de sus padres y la constancia de asistir a sus terapias. Con los apoyos funcionales de una silla de ruedas y una andadera tipo Juanito que recibió hoy, alcanzará una vida más independiente y de mayores oportunidades para estudiar, jugar y disfrutar a plenitud como cualquier niño.
“Desde que asiste al Creever hemos visto gran avance en nuestro hijo, quien recibe terapia física, ocupacional y de lenguaje; en casa ha logrado ponerse de pie y comer sin ayuda, dejó de convulsionar, que era muy frecuente, y cada movimiento que ahora hace nos pone muy feliz”, comentó José Saldaña Viveros, padre del pequeño.
Cuando una persona con discapacidad tiene atención médica desde temprana edad, con el tiempo logra valerse por sí mismo, y bajo este objetivo el DIF estatal impulsa una política para su inclusión social, que abarca todos los aspectos para alcanzar un desarrollo pleno, superarse cada día y sentirse parte de la sociedad.