En el olvido, el Museo del Volador en El Tajín
Por María Elena Ferral
Pese a que en julio de 2012, en el marco de los festejos del 20 aniversario de la declaratoria de la Zona Arqueológica El Tajín, como patrimonio cultural de la humanidad por la UNESCO, se anunció la construcción del Museo “El Volador”, dedicado a los Voladores, por parte del Instituto Nacional de Antropología e Historia, eso quedó en mero anuncio, porque el proyecto se volvió “piedra”, igual que las que son admiradas en este centro ceremonial totonaco.
Aquella ocasión se dijo que también se tenía programada la realización de un “Sendero Eco Turístico”, con el cual se ofrecería otra alternativa turística para darle mayor difusión a la famosa Danza del Volador, el cual iría acompañado de un museo dedicado a ellos, pero no se realizó ni una cosa, ni la otra, pues a pesar de que el INAH, se sostiene con la explotación de la cultura y de las piedras, que forman parte de la zona arqueológica, no le invierte.
En múltiples ocasiones, el Instituto Nacional de Antropología e Historia, ha dicho que la Zona Arqueológica El Tajín, es una ciudad prehispánica única en su género, debido a la simetría de sus construcciones y monumentos, identificados con tres características primordiales, la greca escalonada, los nichos, su pintura mural y las cornisas voladas, dichos elementos incidieron en la declaratoria de patrimonio, aquel 12 de diciembre de 1992, sin embargo, mantiene en el olvido a este centro ceremonial totonaco, que encima está atascado de ambulantes.
Se debe añadir que El Tajín, es una de las pocas zonas arqueológicas en México, que cuentan con patrimonio inmaterial, como los Voladores de Papantla y una cultura muy viva, que en este caso es la totonaca, a esto se suma la belleza de sus edificios con pintura mural polícroma, sin exceptuar las unidades habitacionales donde habitó la gente que construyó la Ciudad del Trueno, destacando el trabajo en piedra y la planeación que tuvieron al enclavar en un pequeño valle alrededor de montañas, la edificación de una ciudad urbana.
Sobre el anunciado “Sendero Eco Turístico”, el INAH señaló en aquella ocasión, que en 2012 se concretaría su formación, el cual se trabajaría con la compañía petrolera Weatherford, buscando el beneficio de la comunidad San Antonio Ojital, vinculando una interpretación más cercana con la naturaleza y su paisaje, pero todo quedó en palabras, pues sigue sin construirse el Museo de El Volador y tampoco se concretó el proyecto ecoturístico.