Trabajan Voladores bajo condiciones infrahumanas
POR MARÍA ELENA FERRAL
Bajo un incesante sol o bajo la lluvia, en medio de inclemente tiempo, así trabajan los mundialmente conocidos Voladores de Papantla, que a diario ofrecen su ancestral ritual a cientos de personas que los admiran en el atrio de la Catedral de Nuestra Señora de la Asunción, en donde no cuentan con un espacio digno y a la vista del público se visten y se desvisten, pero eso a nadie le importa.
Sigue sin ser dignificado el trabajo de Volador, pues los embajadores de la cultura totonaca también están divididos, de ahí que mientras a los ´organizados´ se les contrata para realizar sus presentaciones en el país como en el extranjero, a los ´libres´ no se les toma en cuenta y éstos prácticamente están subsistiendo, efectuando ´el vuelo´ en precarias situaciones, sin condiciones laborales que los protejan, por ello es que casi ´obligan´ a quienes los admiran a aportarles unas monedas.
En la plazoleta de la entrada a la zona arqueológica de El Tajín y en el atrio de la Catedral de Nuestra Señora de la Asunción, se observan diversos grupos de danzantes, los Voladores, niños y adultos, arriesgan su vida para ganar unas monedas, que al final de la jornada reparten y que cada vez son menos, debido a la crisis que ´golpea´ al país.
Extenuados por la realización del ´vuelo´, una y otra vez los Voladores que realizan su ritual en el atrio de la Catedral de Nuestra Señora de la Asunción, a la intemperie soportan las inclemencias del tiempo, pues con sol o con lluvia lo llevan a cabo, sin contar con un espacio digno para descansar unos momentos o bien, para cambiarse en cada actuación, no hay una diputada o un servidor público que se acuerde de ellos, pues solo los ´utilizan´ como estandarte en cada elección, pero luego se olvidan de que están ahí y de que necesitan mejorar sus condiciones laborales.