Precandidato del PAN-PRD un expresidiario y agitador

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-Ha encabezado marchas y plantones para su beneficio personal

Dueño de al menos cinco concesiones de taxis, Salomón García Malpica y sedicente líder campesino y agitador profesional que encabeza la Unión Veracruzana de Pueblos Olvidados (Uverpo) se perfila como ´lo mejorcito´ para representar a la alianza PAN-PRD en busca de la Diputación local, lo que ha generado inconformidad dentro de las filas del Sol Azteca, pues no olvidan cómo apenas en la elección para alcaldes apoyó de manera abierta al partido Alternativa Veracruzana (AVE).

Acostumbrado a cambiar de siglas de acuerdo a su conveniencia, García Malpica ha militado lo mismo en el PRD, AVE y hasta ha operado electoralmente a favor del PAN y del PRI, lo que le ha redituado jugosas ganancias, las cuales nunca han llegado a sus simpatizantes, quienes participan en manifestaciones y plantones arriesgando su integridad física.

El cinismo de García Malpica ha llegado al grado de obligar a sus simpatizantes a realizar una colecta para que pagaran la correspondiente fianza y él pudiera salir a continuar “negociando” con Pemex, pero para su propio beneficio.    

Salomón García Mapica se ha distinguido en este municipio por bloquear carreteras y pozos petroleros y no ha conseguido grandes beneficios para sus representados, pero en cambio él, gracias a su apoyo al AVE, metió como regidora a su esposa y asimismo, se dice que cambió de parar sus manifestaciones, hoy es dueño de cinco concesiones de taxis.

Si bien dentro del PRD existen otros actores políticos con una mejor imagen y que los pondrían en mejores posibilidades de obtener un escaño en el congreso local, lo cierto es que Salomón jura y perjura que es líder en la mayoría de las comunidades, lo cual no es cierto, pues en sus marchas y plantones apenas logra convocar a unos 150. 

Lo peor del caso son sus antecedentes penales y sus buenos oficios de agitador, aunque pareciera que esa sea la tónica hoy en día del PRD, pues basta recordar el asunto de los 43 de Ayotzinapa, donde un alcalde de ese partido mantenía nexos con la delincuencia organizada.