A la alza embarazos en las adolescentes
Por MARÍA ELENA FERRAL
A pesar de los riesgos que implican los embarazos en menores de edad, éstos continúan incrementándose ante el desinterés de las instituciones y también por la falta de colaboración de los mismos padres de familia, por lo que el problema que es ya común, continúa siendo grave, pues la desatención a éste que algunos profesionales de la medicinan califican como un problema de salud pública, además de que las clínicas y hospitales, resultan ya insuficientes, por la elevada demanda de atención médica.
Aun cuando se ha explicado en reiteradas ocasiones que aunque el embarazo es un proceso natural, son considerados de riesgo, cuando ocurren en mujeres de menos de 19 años de edad o mayores de 35 y es que a temprana edad, un proceso de este tipo puede generar anemia, toxemia (hipertensión), placenta previa (cuando crece abajo del útero y cubre parte o todo el cuello uterino), además de que las adolescentes son más propensas a la depresión, debido a los cambios hormonales en esta etapa.
Es decir, que el embarazo se complica porque el cuerpo no está suficientemente desarrollado para la gestación, lo que representa un riesgo tanto para la madre como para el producto, lamentablemente, hay hermetismo en la mayoría de las instituciones de salud, tanto en las públicas, como en las privadas, que se niegan a revelar con exactitud el número de casos y también son ocultados aquellos en los que las consecuencias son fatales.
Cuestionados al respecto, algunos médicos, coinciden en señalar que en las mujeres con más de 30 años, el riesgo se debe a que a partir de esa edad, disminuye la fertilidad, ya que la ovulación es menor, por lo que se dificulta que haya un embarazo y cuando ocurre, hay un riesgo latente de aborto, a lo que se suma la descalcificación propia de la edad, por lo que en estos casos, es indispensable que la futura mamá se mantenga en estricto control médico, apenas haya la sospecha de embarazo.