Derrame de crudo y agua congénita
-Se vertieron tres mil litros de sustancias tóxicas
Por María Elena Ferral
Una vez más, la mala operación que realiza en la planta deshidratadora de Agua Congénita San Andrés II, el personal de la compañía OILSERV, que trabaja para la empresa OLEOREY, filial de la paraestatal Petróleos Mexicanos, tuvo como consecuencia un derrame de hidrocarburo y otras sustancias tóxicas, como agua congénita, mismas que afectaron a cultivos, arroyos y mantos freáticos de la zona, denunciaron pobladores de la comunidad de Rodolfo Curtí, quienes alertaron sobre lo ocurrido.
El derrame ocurrió la madrugada del lunes, cuando el carburante se salió de la presa API, que lo contenía, la cual tiene la capacidad de 15 mil barriles, lo que se vertió sobre los alrededores, la mancha que no solo alcanzó, sino que sobrepasó la carretera estatal Papantla-María a la Torre, fue de tres metros cúbicos, es decir, tres mil litros de sustancias; la responsabilidad recae, directamente, en quienes tienen bajo su responsabilidad la operación de dichas instalaciones, es decir, la compañía OILSERV, que trabaja para la empresa OLEOREY, que desde 2013 tienen ese control y no Petróleos Mexicanos.
A lo que se debe agregar, que dada las reiteradas ocasiones en que han ocurrido las fugas, derrames y demás contingencias, que el personal que opera en San Andrés II, no está debidamente capacitado para hacerlo, y se presume, tampoco cuenta con un Plan de respuesta a emergencias, para atender estas situaciones, es de destacar que, las consecuencias de que compañías extranjeras tomen el control de instalaciones de este tipo, sin contar con la mínima experiencia requerida para operarlas, puede tener serias consecuencias.
Un ejemplo de ello es lo ocurrido, recientemente, en la Planta de Clorados III, en zona sur del Estado, en donde la empresa privada MEXICHEM, por la falta de mantenimiento y mala operación de la planta, ocasionó una terrible explosión que costó vidas humanas, en ese sentido, las instalaciones dentro del municipio de Papantla, en especial las que se encuentran en las comunidades de San Andrés, Rodolfo Curtí, Isla de Juan Rosas, Arenal y Emiliano Zapata, podrían considerarse unas auténticas ‘bombas de tiempo’, debido a la nula inversión y mantenimiento a la infraestructura y ductos que comprenden dicha zona, donde los responsables son la compañía OLEOREY y su filial o su empresa operadora OILSERV.