Perredistas en contra de Reforma aprobada por su partido
-Marcos y Mariano Romero se burlan del pueblo
Por María Elena Ferral
Perredistas encabezados por el alcalde Marcos Romero Sánchez y su sobrino Mariano Romero González, recurrieron a la protesta callejera, enarbolando como bandera el “gasolinazo”, como una burla más de este recurrente par, que busca distraer la atención por la psicosis que se vive en Papantla, por la inseguridad y la ‘ola’ de ejecuciones, echando mano del tema del “gasolinazo”, pero sus lagunas mentales los hacen olvidar que, precisamente, fue el PRD, quien junto con el PRI y el PAN, aprobaron la Reforma.
Como ya es costumbre en los actos anticipados de campaña de Mariano Romero González, echando mano de empleados de confianza del ayuntamiento y del Sistema DIF Municipal, así como de los diferentes grupos de vendedores ambulantes y de vendedores de artesanías, quienes tienen de cabeza al centro histórico y colapsada la vialidad, salió a las calles del centro de la ciudad, junto con su tío, el alcalde Marcos Romero Sánchez y el secretario del Ayuntamiento, Octavio Tremari Gaya, para manifestarse “pacíficamente”, pero prácticamente obligando a los conductores a frenar su circulación, para pegarles calcomanías a las unidades.
Propaganda del PRD, disfrazada de rechazo al “gasolinazo”, fue colocada en cientos de unidades, tanto particulares como del transporte público en la modalidad de taxis, tapándoles el camino a los conductores para obligarlos a detenerse y pegarle las calcomanías, tratando con ello de disfrazar los actos anticipados de campaña de Mariano Romero González, quien se burla del pueblo papanteco junto con su tío Marcos Romero Sánchez, quienes en medio de su desesperación recurren a cualquier pretexto para llamar la atención y distraer a la sociedad del embate de la inseguridad que vive Papantla.
Sobre todo, porque lo que menos le preocupa al presidente municipal Marcos Romero y a su sobrino Mariano Romero, es el alza a la gasolina, porque han amasado dinero para diez gasolineras o más, eso es un acto de hipocresía, sobre todo el alcalde que se burla del pueblo, pues tiene bien escondida una colección de quince unidades último modelo, más las de sus amantes y hasta los regidores cómplices y el director del Rastro Municipal, Orlando Ramírez Ferral.