Anarquía total
-Desesperados, los conductores buscan vías alternas y lugares para estacionarse
Por María Elena Ferral
Para los conductores particulares y hasta para los trabajadores del volante, resulta estresante poder circular en Papantla, ahora llamada “la ciudad del caos”, en donde una organización que aglutina a la mayoría de los taxistas ha impuesto su ley, sometiendo a las autoridades del ramo, que nada pueden hacer, porque estos cuentan con la complicidad del regidor de Vialidad, Rodolfo Pérez Maya, la situación vino a complicarse con el cierre total de la calle 16 de Septiembre, una obra problemática que más que beneficiar, afecta a la población, por lo que circular en el centro histórico resulta una verdadera “locura”.
Decenas de “sitios” clandestinos, de diversos concesionarios afiliados a la Unión Veracruzana de Pueblos Olvidados -UVERPO-, tienen atrapada la ciudad, pues a “la brava” se han apoderado de las calles de la zona centro, pintando sus espacios y delimitándolos a su antojo, acallando las “suaves” protestas de concesionarios y trabajadores del volante pertenecientes a otras organizaciones que son ignoradas por el regidor de Tránsito y Vialidad, Rodolfo Pérez Maya, quien ha cedido la vía pública a taxistas y comerciantes ambulantes en este que es considerado el peor gobierno municipal en la historia de Papantla.
En la ciudad del caos, irónicamente, llamada “Pueblo Mágico”, prevalece la impunidad de los líderes de la UVERPO, que aprovechando su buena relación con el actual gobierno estatal, tienen ‘secuestradas’ calles enteras, instalando de uno a tres “sitios” clandestinos por cuadra; también predomina el influyentismo de algunos comerciantes que de igual manera invaden la vía pública y “apartan” calles, se estacionan como quieren y afectan a terceros; otros particulares hacen “negocio” con algunas calles como la José de J. Núñez y la Enríquez, en donde cobran por estacionarse.
La ciudad carece de áreas para estacionarse, porque todas las calles de la zona centro están convertidas en “sitios” clandestinos y atascadas de ambulantes y cada día, van apareciendo más comerciantes por lo que están convertidas en “mercados”, ya que en ellas se vende, prácticamente, de todo, el desgobierno que prevalece, tiene a la ciudad de cabeza, no hay orden, no hay paz, no hay seguridad, pues no hay autoridades; el vacío de poderes comienza a hacer estragos entre la población que está cansada, que le exige al gobierno municipal que actúe, que ponga orden a tanto desorden, pues ya no caben los sitios de taxis y los ambulantes y siguen metiendo más.