Vida y colorido en los cementerios
-Por el Día de Muertos
Por María Elena Ferral
El Día de Muertos es una de las celebraciones más importantes en nuestro país, es una ocasión dedicada, especialmente, a los que ya no están, para que sus almas pueden regresar a convivir con los que aún tenemos una existencia terrenal, sin embargo, el origen del Día de Muertos es incierto, se cree que se remonta al llamado Festival de Muertos celebrado entre los aztecas durante los meses de julio y agosto, como una fiesta para celebrar el final de la cosecha de maíz, frijol, garbanzo y calabaza, la cual formaban parte de la ofrenda a la diosa Mictecacihuatl, guardiana del noveno nivel del infierno, llamado Mictlán.
Esta tradición se mezcla con la costumbre prehispánica de enterrar a los muertos con objetos, comida y ofrendas para su viaje a la otra vida, el Día de Muertos es considerado la tradición más representativa de la cultura mexicana, la celebración se lleva a cabo en dos días, el 1 de noviembre, que es dedicado al alma de los niños y el 2 de noviembre a la de los adultos, se dice también que el origen del Día de Muertos tiene sus raíces en el sincretismo de las culturas prehispánica y europea, de las cuales se enriquecieron los ritos y las ceremonias que se realizan alrededor de esta festividad.
Aunque la celebración anglosajona de Halloween se ha popularizado entre la población mexicana, en la mayoría de las familias la tradición persiste y en los hogares se colocan ofrendas con elementos muy particulares, el 2 de noviembre, Día de Muertos, los cementerios de la región cobraron vida y se llenaron de colorido, de aromas, de sabores y también de música de los tríos que se dieron cita para ofrecer sus servicios, preservando así una tradición que se encuentra arraigada, no faltaron las procesiones y otros festejos como el Ninín, que le dieron vida a las calles de esta ciudad.
En el cementerio de la Santísima Trinidad, en esta ciudad, las actividades iniciaron desde muy temprano, a las 06:00 horas de la mañana de ayer jueves, el párroco Antonio Grajales y Lagunes, ofició la misa de los Fieles Difuntos, a la que se dieron cita cientos de personas que acudieron al panteón municipal a visitar a sus difuntos, por lo que hubo de todo, flores, comida, música y adornos que crearon el ambiente; mientras que la Delegación de Tránsito y Protección Civil, mantuvo un operativo para controlar el flujo de visitantes que llegaban a pie y en unidades.