Con vuelo incierto

el

-Se cumplen diez años del reconocimiento de la UNESCO del ritual de los Voladores

Por María Elena Ferral

A diez años de distancia de que la Organización de las Naciones Unidas, para la Educación, la Ciencia y la Cultura -UNESCO-, inscribió a la Ceremonia Ritual de Voladores en la lista representativa del Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, las condiciones de vida de los danzantes de este milenario ritual continúan siendo de pobreza y de abandono, ya que muchos de ellos sobreviven de las dádivas que obtienen en cantinas, restaurantes y hasta en la vía pública, ya que no han alcanzado los beneficios prometidos como lo son salarios dignos, ni el tan añorado seguro de vida.

Además, con la muerte del presidente del Consejo para la Protección y Preservación de la Ceremonia Ritual de los Voladores y Maestro Tradicional de la Escuela de Niños Voladores, Narciso Hernández Jiménez, el pasado mes de febrero del año en curso, el destino de los Voladores es incierto, sin rumbo, ya que el citado Consejo permanece a la deriva, mientras tanto, hoy uno de octubre, se cumplen diez años de que la ceremonia fue reconocida por la UNESCO, como Patrimonio Cultural Intangible de la Humanidad, pero nada ha cambiado, las condiciones de vida de los danzantes, siguen igual.

Dicha declaratoria fue gestionada desde 2008, por el Centro de las Artes Indígenas de Cumbre Tajín y los tres niveles de gobierno, convirtiendo a esta tradición en el primer elemento vivo de México en recibir dicha nominación, la decisión, producto de un largo y exhaustivo proceso signado por la vital participación de los voladores mexicanos y centroamericanos, se confirmó durante la cuarta sesión ordinaria del Comité Intergubernamental para la Salvaguarda del Patrimonio Cultural Inmaterial, en Abu Dhabi.