Gracias a ti, la Ley 259 de Adopción es una realidad
DE LA REDACCIÓN
Desde el Sistema Estatal DIF se trabaja para proteger los derechos de las niñas, niños y adolescentes, principalmente de aquellos menores de edad que han sufrido omisión de cuidados, abandono, maltrato u orfandad.
Son niños y niñas que han perdido una de sus garantías principales, el derecho a una familia que los cuide y proteja. Ante esta situación se trabajó en una Ley que les restituye este derecho.
La Ley 259 de Adopciones es única y vanguardista en el país, presentada por el Gobernador del Estado y aprobada por el Congreso local en el año 2011. Solamente tres estados más cuentan con una normativa así, que prohíbe la adopción simple y entre particulares.
A partir de la vigencia de esta Ley, el DIF estatal se convirtió en la única instancia acreditada para permitir la adopción de un menor de edad por una familia que se comprometa a dar amor y ser responsable del desarrollo integral del niño, niña o adolescente que por razones desafortunadas vive en una casa-hogar.
De la promulgación de la Ley a la fecha, 207 menores de edad han podido incorporarse de manera segura a un nuevo núcleo familiar, con papás que han cumplido con todos los requisitos psicológicos, económicos, administrativos y legales para dar un hogar amoroso a sus hijos adoptivos.
El DIF estatal, a través de la Procuraduría de Protección de Niñas, Niños y Adolescentes, garantiza a la infancia veracruzana su derecho a una familia y por consecuente a todos sus demás derechos fundamentales como la educación, la salud, el desarrollo integral y a vivir en un entorno libre de violencia.
Gracias a todos los veracruzanos la Ley se mantiene vigente y funcionando, gracias a ustedes pueden laborar día con día procuradores, abogados, psicólogos, trabajadores sociales, consejeros y demás profesionistas en el cuidado y protección de la niñez que vive temporalmente en condición vulnerable.
En Veracruz, la Ley 259 de Adopciones es el mecanismo más seguro para saber con certeza que los niños y niñas están bien, pues existe un seguimiento puntual, estricto y exacto con los padres para corroborar que los infantes se desarrollan en un entorno feliz.
Para las familias adoptantes también ha sido un gran cambio; ahora viven un proceso confiable, transparente, gratuito, ágil y profesional. No padecen trámites fraudulentos, engorrosos y costosos. En un mínimo de tres meses, mujeres y hombres han logrado ser madres y padres.
Gracias a ti hemos podido encontrar familias que quieran dar un techo, alimento y amor a niñas y niños veracruzanos que han sufrido la pérdida de una madre o un padre. ¡Gracias por tu apoyo!