Sin fe somos focos fundidos

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Nosotros somos luz en el Señor; Cristo es la electricidad”

Celebran el Domingo de Resurrección en la Catedral Metropolitana

 

 

Yhadira Paredes

Xalapa

En el marco de la celebración del Domingo de Resurrección en la Catedral Metropolitana, el arzobispo de la Arquidiócesis de Xalapa, Hipólito Reyes Larios, pidió a los feligreses renunciar a pecados como el asesinato, robo, asalto, secuestro, la mentira y la difamación.

Asimismo, pidió renunciar a las brujerías y supersticiones, a las mafias y maldades, al espiritismo e idolatría, al culto a Satanás y a la muerte, al pecado y todo aquello que va contra los mandamientos de Dios.

En este sentido, preguntó: “¿Renuncian a todo lo que pueda causar daño a la vida de sus prójimos?”, a lo que los fieles respondieron al unísono: “Sí, renuncio”.

Como parte de los ritos propios del Domingo de Resurrección, el jerarca católico bendijo el agua a fin de recodar, dijo, la maravilla más grande de la redención cristiana.

“Esta agua que creaste para hacer fecunda la tierra y dar frescura a nuestros cuerpos, la hiciste instrumento de misericordia al librar a tu pueblo de la esclavitud y calmar su sed en el desierto”.

En su homilía dominical, Hipólito Reyes Larios recordó los signos de la Pascua de resurrección, como el Cirio Pascual, el cual se bendijo y fue encendido con el llamado fuego nuevo la noche del sábado.

“Nosotros somos luz en el Señor, como que Cristo es la electricidad y nosotros los focos: si no está Cristo no alumbramos nada. Esa luz de Cristo que el cirio expresa, luego la participamos en los sacramentos, en el bautizo; se enciende y se entrega, en la confirmación se vuelve a prender. Se convida la luz de Cristo resucitado y cuando hacen la primera comunión llevan la luz de Cristo simbolizada con la vela, y si se casan también”.

Finalmente, Reyes Larios exhortó a los católicos reunidos en la Catedral de Xalapa a seguir orando y hacerse partícipes de la resurrección de Cristo.

 

Cabe destacar que en este domingo de Pascua el sacerdote dejó atrás su atuendo morado y lo cambió por el blanco, como parte de la fiesta de resurrección de Jesús.