Disturbios dejan desolación y consternación 

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-Veracruz se encuentra sitiada, la población vive horas de terror.

Por Rodrigo Barranco Déctor

Saqueos, robos, violencia, manifestaciones, falta de gasolina y zozobra es lo que impera en la ciudad de Veracruz. Sus pobladores viven horas de terror derivado de los actos vandálicos que cometen los propios colonos, inconformes supuestamente por el alza a la gasolina.

La zona conurbada jarocha, que abarca los municipios de Veracruz, Boca del Río, Medellín de Bravo y Alvarado, parece un pueblo fantasma puesto que hay un toque de queda impuesto por la misma ciudadanía que teme salir de sus hogares ante la ola de caos que reina desde el miércoles en la tarde.

Todo inició el martes, cuando a través de las redes sociales, usuarios de Facebook postearon un video de un saqueo a una tienda Chedraui, en Naucalpan, Estado de México. 

A alguien se le ocurrió cambiar la ubicación de los hechos asegurando que se trataba de Veracruz. Una vez que los medios de comunicación aclararon que no era la entidad veracruzana sino la mexiquense, siguieron las convocatorias en Facebook para hacerlo realidad.

Las invitaciones se difundieron a través de varios grupos, en esa red social, dedicados a la compra venta de artículos robados o de segunda mano, como Tepito Jarocho.

Las instrucciones eran claras, quienes quisieran iniciar los saqueos tenían que llegar a las 19:00 horas del miércoles al estacionamiento de Chedraui Ponti, ubicado en la zona norte del Puerto, para emular lo que se había hecho en Naucalpan.

Lo sorprendente, para muchos, fue que cientos llegaron a la tienda y bastó un chispazo para que arremetieran en contra del establecimiento, sobrepasando la seguridad que consistía en dos patrullas de la Fuerza Civil del Estado.

Los gendarmes solo pudieron accionar sus armas para disparar al aire, pero solo ahuyentaba a los saqueadores unos minutos, pues en poco tiempo regresaban para acabar de sacar toda la mercancía.

Ponti fue el ejemplo que miles siguieron. Las líneas de auxilio del C-4 se saturaban de llamadas de gerentes, empleados y empresarios pidiendo ayuda a la Policía y a la Marina-Armada de México, ante el saqueo de cientos de negociaciones.

Los delincuentes arremetieron contra Plaza Mega Las Palmas, Plaza El Coyol, unas cuatro tiendas Chedraui, varios Oxxos, varias bodegas Aurrera, establecimientos de juguetes, de electrodomésticos, contra cajeros automáticos y restaurantes.

En pocas horas, el área metropolitana de Veracruz era un pueblo sin ley. La música de fondo en colonias, fraccionamientos y complejos habitacionales eran ráfagas de disparos usados para ahuyentar a los ladrones.

El 70 por ciento de las tiendas Oxxo fueron atacadas, según la Cámara Nacional de Comercio, en la región, lo que provocó que el gobierno del Veracruz lanzara una recompensa de medio millón de pesos a quienes entreguen a las personas que organizaron los saqueos en la urbe, incluyendo las convocatorias por redes sociales.

Veracruz y su conurbación amaneció sin servicio de transporte público debido a una protesta masiva de taxistas y urbanos contra el alza a los combustibles.

También miles de comercios pequeños cerraron en el centro histórico y los que permanecieron abiertos fueron saqueados por jóvenes que siguen moviéndose en motocicletas para cometer ilícitos.

Ya entrada la tarde, familiares de personas detenidas por esos delitos intentaron bloquear la entrada de la comandancia de Playa Linda, base de la Policía Naval de Veracruz.

Esto acabó en un enfrentamiento entre Infantes de Marina y civiles, estos últimos demandaban que sus seres queridos salgan en libertad sin ser procesados por robo.

Las calles siguen semi vacías, mientras las autoridades federales y estatales tratan de contener a las hordas que se mueven de una zona a otra intentando atracar y llevarse lo que pueden: chamarras, osos de peluche, comida, pero sobre todo electrodomésticos.