Un combatiente del VIH SIDA

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DE LA REDACCIÓN

En el estado de Veracruz, que ocupa el tercer lugar nacional en casos de VIH, donde presuntamente se compraron pruebas falsas para detectar el virus, en donde hay doctores que se niegan a atender a las personas que lo portan y el tema sigue siendo un tabú, Paty lucha contra el VIH, el estigma y la falta de información.

“No fui tras el VIH, el VIH llegó a mi vida”, asegura Martha Patricia Ponce Jiménez, coordinadora del Grupo Multisectorial de VIH-Sida en Veracruz, cuando recuerda sus inicios como defensora de los derechos de las personas portadoras del virus.

Paty -como es conocida- tiene cerca de 20 años luchando una batalla que hoy sabe no podrá ganar, pues no podrá erradicar la enfermedad ya que asegura, es una labor que requiere de todos; su trabajo ha sido “crear un hoyo para que la generación que viene atrás ponga la semilla”.

Se define como una mujer muy romántica, amorosa, que gusta de las obras de Laura Esquivel, Gabriel García Márquez, autores brasileños -debido a que fue en Brasil donde realizó su doctorado- películas y series sobre amor, evita el terror pues considera que la vida real ya es suficiente como para sufrir en el cine. Reconoce que uno de sus mayores defectos es la soberbia.

Dice que ha sido duro entender que ella no podrá detener la enfermedad. Cuando inició la labor sentía que “era capaz de vencer al VIH” pero esa premisa quedó de lado al darse cuenta de que su trabajo es para hacer consciencia de lo que es la enfermedad y darle paso a futuras generaciones para que, algún día, Veracruz esté libre del VIH-SIDA.

“Yo pensé que yo, fundamentalmente, como líder del Grupo Multisectorial, podía detener el crecimiento de la epidemia y podía salvar a todos. Con el tiempo me fui dando cuenta que no”, lamenta. 

Paty a simple vista y ante las cámaras se presenta como una mujer de carácter fuerte, seria, luchadora y que no se echa para atrás ante nada; pero en la intimidad, deja caer la barrera y se reconoce dulce, cariñosa, amable y de sonrisa fácil, expresiva de pies a cabeza.

Es una mujer natural, no le gusta maquillarse las pocas arrugas que se le asoman a sus 64 años, no usa tacones y ama la comodidad de sus jeans holgados; su cabello corto castaño y sus expresivos ojos verdes, enmarcan el rostro de una mujer que asumió la lucha contra el VIH, en el Estado donde, de acuerdo con el Censida, hay más de 16 mil portadores del virus.

La líder del Grupo Multisectorial, es la mujer que por azares del destino se convirtió en el rostro de la lucha contra el VIH en Veracruz desde hace cerca de dos décadas.

Sostiene que parte del éxito tanto en lo personal como en lo profesional, es que respeta los espacios, es decir, con sus amigas -fuera del Grupo- no se toca el tema VIH y eso le sirve como válvula de escape.