Administración municipal concluye con desorden
-Heredarán focos rojos, como Los Lagos
Por José Aguilar
De repente, la administración del alcalde de Xalapa, Américo Zúñiga Martínez, se acordó de que el Cabildo capitalino puede revocar permisos a comerciantes y a una semana de terminar el cuatrienio, retiró a cientos de ambulantes de la avenida Orizaba.
El pasado 24 de diciembre, la subdirección de Comercio, encabezada por Clorinda Ferral Ferrando, y el Departamento de Inspección y Atención Comercial (DIAC), decidieron hacer valer los derechos de los xalapeños al libre tránsito y la tranquilidad en la vía pública, luego de prácticamente cuatro periodos de solicitudes para el desalojo de los vendedores.
Era bien conocida la problemática que los colonos de los alrededores del Salón Bazar vivían por la invasión de la avenida principal con productos de distinta índole, todos tolerados por el Gobierno municipal, y aunque la queja ya estaba cuando tomó protesta Américo, decidió hacer oídos sordos, como todos, para evitar protestas y reclamos de líderes tianguistas.
Por ello, a unos días de que por fin deje la batuta de la administración, y no por cumplir la amenaza de irse a dirigir el PRI Estatal, Américo decidió que era hora de desalojar la calle para que la población le agradezca el ordenamiento y a su vez los vendedores comiencen a presionar para el retorno el primero de enero a Hipólito Rodríguez Herrero, alcalde aún electo.
Pero la acción no engaña, Zúñiga Martínez sabía que la situación alrededor del Salón Bazar era insoportable. Aun así quiso calmar a los vecinos con la reconstrucción de la avenida Orizaba; sin embargo, las molestias continuaron, no tan solo para los habitantes, sino también para la mayoría de los automovilistas que se les ocurría pasar por la arteria en su tranquilo domingo, evitando golpear a las personas instaladas que dejaban un carril para el paso vehicular.
Para sostener el problema, Américo permitía que Clorinda Ferral, su emisaria en estos temas, volteara a ver otras zonas y otros giros comerciales, como el de los centros nocturnos, donde siempre se supo que Ferral hizo su negocio y era “cuata” con sus cuates.
Tanto le gustó el ambiente a la nueva empresaria, que el presidente municipal antes de irse les dio a ella y el director de Obras Públicas, Fernando Velasco Montiel, la licencia de funcionamiento para que abrieran un famoso centro de diversión nocturna al sur de la ciudad, a donde por cierto el ya saliente Américo acude con frecuencia.
En materia de ambulantes, Zúñiga Martínez sale reprobado. El agandalle de los líderes nunca paró, se puede ver todos los días en distintas zonas de Xalapa, en el Centro Histórico, en la periferia. Basta con recordar la queja constante del comercio formal, pues sus ventas se ven disminuidas gracias a lo permisivo de las autoridades locales para con los informales.