Repuntan feminicidios; casos se asemejan a crímenes del “monstruo”
Por Juan David Castilla Arcos
Las mujeres jóvenes que viven en Veracruz se focalizaron como un blanco para criminales.
Tan solo en el mes de septiembre, 18 fueron asesinadas y un varón transexual se unió a la lista roja de la entidad que cuenta con dos alertas de género para, presuntamente, proteger a este sector poblacional.
La Fiscalía General del Estado (FGE), a cargo de Jorge Winckler Ortiz, no ha detenido a los presuntos involucrados en estos crímenes.
Tampoco la Secretaría de Seguridad Pública (SSP), encabezada por Jaime Téllez Marié, ha demostrado estar bajo la mira de algún “monstruo” como Juan Carlos “N”, recién detenido y procesado en Ecatepec de Morelos, Estado de México.
La situación de inseguridad hacia mujeres jóvenes llegó a las plegarias de la Iglesia católica. No descarta que los crímenes estén relacionados con sacrificios o rituales de sectas satánicas, ante la proximidad del Día del Diablo, el próximo 31 de octubre.
“Es un hecho que sí existen algunos grupos de este tipo que mencionas y que pueden tener ese tipo de manifestaciones”, infirió José Manuel Suazo Reyes, vocero de la Arquidiócesis de Xalapa.
El “monstruo de Ecatepec” y su esposa Patricia “N” eran presuntos adoradores de La Muerte.
Según medios de comunicación nacionales, existen pruebas testimoniales de que ambos colocaban altares para la también llamada “niña blanca”.
LE SACAN AL BEBÉ DEL VIENTRE
La primera víctima fue una mujer embarazada con siete meses de gestación. La mañana del 2 de septiembre, la joven de 19 años fue abandonada en la vía pública, recostada sobre una cobija y ensangrentada. Su vientre no tenía al bebé.
De acuerdo con el informe del forense, Ángela Esmeralda Rodríguez murió por una hemorragia vaginal derivado del parto, la placenta se quedó en su cuerpo. El recién nacido no apareció junto a ella, familiares siguen buscándolo, vivo o muerto.
Se registraron cinco crímenes en un día. El miércoles 5 de septiembre ejecutaron a Cristel Marín con su esposo, Aarón Azael, en Coatzacoalcos. Un comando armado llegó a la colonia 24 de Octubre, en la zona sur del estado.
La venta de donas, churros y manjares que realizaba en vida Gregoria Gómez Cruz se suspendió el mismo día. Su cuerpo recibió lesiones con arma blanca que acabaron con su vida en Ixhuatlán del Sureste.
También las comerciantes Eva y Teófila Fuentes Hernández, encargadas de una tienda de abarrotes en la congregación de Coacotla, perteneciente al municipio de Cosoleacaque, fueron víctimas. El minisúper Isabel fue asaltado por delincuentes que atracaron con extrema violencia y armas de fuego.
Antes de que concluyera el día miércoles, alrededor de las 10:00 de la noche, una mujer utilizó por última vez el puente peatonal de la colonia Miguel Hidalgo, en Xalapa. La joven de 25 años fue baleada mientras descendía los escalones.
El jueves 6 de septiembre apareció otra mujer, su cuerpo estaba descarnado, vestía una blusa de color gris, y una falda de mezclilla color negro. La víctima se llamaba Guadalupe Cuevas Bartolo, de 28 años de edad, laboraba en un bar de Tierra Blanca.
Ella era originaria del municipio de Temazcal del estado de Oaxaca, sitio que dejó para refugiarse laboralmente en la entidad veracruzana.
El domingo 9 de septiembre, Elvia Selena Ramírez, de 18 años, recibió impactos de bala en la cabeza. Murió en la entrada de su casa después de que un desconocido tocó su puerta y sin expresar palabras, le disparó.
El mismo día, asesinaron a la profesora Magdalena Félix Aguirre, de 44 años. Los homicidas ocuparon casi la misma acción: tocaron la puerta, una joven de 21 años salió para recibir supuestamente un ramo de flores, en ese lapso, la amordazaron y comenzaron a robar la vivienda.
Minutos más tarde llegó la maestra, encontró a los ladrones y su hija amarrada. Los rateros la asesinaron y huyeron del Fraccionamiento La Hacienda, en el municipio de Emiliano Zapata.
MATAN A TRES EL MISMO DÍA
El 12 de septiembre ultimaron a tres jóvenes de 24, 25 y 26 años.
La primera joven fue localizada en el predio de la colonia J. Mario Rosado, dentro de la Reserva Territorial del municipio de Las Choapas. Tenía una cinta negra como mordaza, estaba atada de pies y manos, vestía short color negro y blusa azul. Murió degollada.
De 25 años, Amelia Graciano Galindo, originaria de Tlaxcala, vivía en la colonia centro de Córdoba y trabajaba como sexoservidora. Su cuerpo lo hallaron campesinos en la Barranca de San Miguel a la altura de la comunidad de Coapichapan.
A escasos metros de la clínica del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Isla, encontraron el cadáver de Zárate Ramírez, de 26 años. Su madre dijo que salió de casa a dejar un cargador de celular y no volvió.
Para el sábado 15 de septiembre, las maestras de educación indígena Marisol Alonso Bonilla y Leticia Reyes fueron asesinadas a balazos en la comunidad de Lámina Vieja, en el municipio de Zacualpan, en la sierra norte del estado, casi en la frontera sur del estado de Puebla.
Marisol dio clases de primaria y Leticia, en un jardín de niños, en una escuela de Texcatepec. Ambas pertenecían a un sector que demandó mayor seguridad ante la alza de secuestros, extorciones y demás situaciones de inseguridad al gremio.
Su muerte ocurrió cuatro días después al levantón de la maestra Concepción, directora de un jardín de niños en Perote. A la fecha, medios locales y la familia de la profesora no han reportado su localización.
Ser mujer le costó la vida a Jhoana Hernández, transexual de 31 años, que fue localizado en una barranca en Banderilla. Su última vez con vida fue en su casa, cuando personas desconocidas ingresaron y la secuestraron.
La familia de Jhoana mantuvo comunicación, recibieron indicaciones para pagar un monto económico a cambio de su rescate. Su cuerpo apareció al cuarto día del secuestro, el 19 de septiembre.
El domingo 16 de septiembre ubicaron en los ejidos de Loma Alta y Palma Sola, del municipio de Tierra Blanca, el cuerpo de una chica en avanzado estado de descomposición dentro de cañales. Ella vistió por última vez un pantalón corto, color azul, y una blusa del mismo tono.
La noche del jueves 20 de septiembre, la maestra Areli Rojas Merino caminaba con su esposo por las calles de la colonia Ferrer Guardia, en Orizaba, cuando personas desconocidas los atacaron.
La profesora murió en el lugar, su esposo fue trasladado al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), donde se reportó su estado de salud como grave.
Para finales de septiembre, la zona conurbada de Veracruz-Boca del Río registró desapariciones de jóvenes que causaron el temor, enojo y motivación para salir a las calles a exigir justicia para el cese de esta inseguridad para las mujeres.
El martes 25 de septiembre, Diana Thais Carvajal Contreras, de 26 años, salió de casa para acudir a una entrevista de trabajo.
En 48 horas no se contactó con su madre ni buscó a su hija de 3 años. La localizaron flotando en un canal de aguas negras de la colonia Adolfo López Mateos, al poniente del puerto de Veracruz.
CAPTAN A EXPOLICÍA INVOLUCRADO
De acuerdo con la versión de la familia, Diana Thais asistió a una cita de trabajo en un restaurante donde, por las cámaras de seguridad, se observó que se sentó con un varón, platicaron por algunos minutos, se despidieron de mano, salieron del lugar y se subieron a un automóvil blanco.
Con este video captaron el rostro de Tomás “N”, expolicía de Amatlán y un vehículo marca FIAT, modelo UNO, color blanco, donde ambos abordaron y salieron del restaurante donde ocurrió la presunta entrevista de trabajo.
Al momento de la detención de Tomás, detectaron las identificaciones de Diana Tahis y tarjetas bancarias en el vehículo blanco, así como también una bolsa que tenía ocho prendas íntimas de mujer.
En la misma semana desapareció Evelyn Liliana, de 20 años, joven que en 24 horas apareció con golpes, lesiones y desorientada. La chica salió de su casa en la colonia Formando Hogar rumbo a la tienda para comprar un refresco, pero no regresó.
Con la misma suerte ubicaron a Citlalli Morales, de 28 años, joven que subió a un taxi para acudir a su empleo pero en el camino marcó a su madre para reportar que el taxista se la llevaba.
Al paso de las horas logró volver a comunicarse con familiares, revelando su ubicación y que solo sufrió un robo.
El miércoles 26 de septiembre desapareció Josselin Ocasio, joven estudiante de belleza en el puerto de Veracruz. Familiares hicieron pública su no localización cinco días después con la esperanza de encontrarla, pero recibieron malas noticias en menos de 24 horas.
Para la noche del lunes primero de octubre, el cuerpo de la joven de 24 años apareció en un terreno en los límites de Tierra Blanca y Tlalixcoyan.
Estas últimas desapariciones y dos crímenes movilizaron a mujeres del puerto de Veracruz, quienes salieron a las calles el 4 de octubre en el centro histórico para exigir justicia por las víctimas de la violencia de género.
Las inconformes colocaron veladoras en forma de cruz en la explanada del zócalo en memoria de las mujeres asesinadas y desaparecidas en Veracruz y México.
REPUNTAN CASOS
El grupo de mujeres dio a conocer a medios locales que sólo 78 casos están catalogados como feminicidios, mientras han ocurrido 172 desapariciones en la entidad.
Su argumento coincide con el Observatorio Ciudadano de Violencia Contra las Mujeres dirigido por la antropóloga Estela Casados González.
De acuerdo con una entrevista que ofreció a Aristegui Noticias, a principios de octubre, tienen contabilizados 78 asesinatos de mujeres en la entidad veracruzana, los casos presentan algunas razones del código penal para catalogarse como feminicidio.
Además, se agregan 39 casos donde mujeres murieron de manera violenta, dando un total de 117 crímenes en general y les falta contabilizar el mes de septiembre.
Todos los casos permanecen en la mira de la Iglesia católica, pues a consideración del vocero de la Arquidiócesis de Xalapa, José Manuel Suazo Reyes, la inseguridad ha repuntado recientemente en el estado.
“Nos sigue preocupando el tema de la seguridad o de la inseguridad que tenemos en muchas partes del estado y de la República. La manera como han sido descubiertas estas personas, más bien se ve que han caído o han sido objeto de la violencia que estamos viviendo”.
Suazo Reyes reconoció que ha habido iniciativas por parte del Gobierno estatal para disminuir la incidencia delictiva en el estado.
“No son suficientes para controlar, mucho menos para disminuir estas cosas que están generando miedo, que crean dolor en las familias y que es una situación que nos está lastimando a todos y eso es fruto de la descomposición social que tenemos”, insistió.
Con la preocupación y presión social, el gobernador de Veracruz, Miguel Ángel Yunes Linares, mostró su postura el domingo 7 de octubre, declarando que el índice de feminicidios en la entidad no resulta alto.
“Hay algunos feminicidios que condenamos, que definitivamente no podemos de ninguna manera dejar de hacerlo, dejar de condenarlos, y sobre todo fortalecer los operativos para la prevención del delito y darle especial interés, poner especial énfasis en el caso de mujeres para evitar que sean víctimas de los delitos, no pensamos que los indicadores de tal manera sean altos que debieran provocar preocupación, sin embargo, el hecho de que se ataque a una mujer es un hecho condenable”, dijo.
Además, añadió que no deben preocuparse, ya que no es una banda delincuencial o la misma persona responsable de las desapariciones de mujeres en la zona conurbada Veracruz-Boca del Río.