Lizbeth dejó huérfano un niño de 2 años y 3 meses
-Fue asesinada en la colonia Casa Blanca, una de las más violentas de Xalapa
-Está incluida dentro de la Alerta de Violencia de Género
Por Williams Cortez
Lizbeth Hernández Dionisio, madre de un niño de 2 años y 3 meses, murió en manos de un sujeto aún sin identificar; acababa de cumplir los 18 años y vivía en un pequeño cuarto construido en el interior del número 1 de la avenida Monte Everest, en la colonia Casa Blanca, una de las más brutales e inseguras para las mujeres.
Aquí han ocurrido varios feminicidios en los últimos años, incluso está considerada como una de las zonas prioritarias en las Alertas de Violencia de Género emitidas por la Secretaría de Gobernación (Segob) para Xalapa.
Y no es para menos, se trata de una de las zonas urbanas con mayor incidencia delictiva en la capital veracruzana. En años recientes, aquí han ocurrido salvajes muertes de mujeres, pero también de hombres, además de incontables balaceras, robos a comercios y a casas habitación, asaltos a transeúntes, secuestros y persecuciones.
El último caso de un probable feminicidio se registró la madrugada del domingo 17 de febrero, en el interior de un humilde cuarto en donde hace poco más de un año llegó a vivir Lizbeth junto con su hijo y su pareja, un hombre de 26 años llamado Víctor Martínez Hernández, dedicado a la albañilería, mismo que permanece en calidad de desaparecido y de quien nada se sabe.
Ese día, a las 2:00 de la mañana, Lizbeth fue hallada muerta, tirada en el suelo, semidesnuda, con huellas de haber sido víctima de abuso sexual y violencia física; al parecer la muerte le vino a causa de diversas heridas en el cuerpo provocadas por un objeto punzocortante.
Quien la mató también le amarró unas bolsas a las manos y la dejó tendida entre un charco de sangre, junto a una vieja mesa de madera y un garrafón de agua.
“MAMÁ CAYÓ, MAMÁ CAYÓ”
Antes de la agresión, Lizbeth se dedicaba a su hogar y a cuidar a su hijo, al cual adoraba, según recuerdan quienes alguna vez la vieron cargándolo y llevándolo a la tienda.
De acuerdo con una mujer mayor, “estaba jovencita, acababa de sacar su credencial de elector, cuando llegó a vivir en el cuartito tenía 17 años”.
El día que murió la puerta de su cuarto estaba abierta, en el interior yacía la mujer inerte, junto a ella el menor señalaba con un dedito a su madre mientras repetía: “mamá cayó, mamá cayó”.
Antes de eso el pequeño había visto caerse a su madre y ya se le había escuchado diciendo suavemente frases como ésta: “échale pomada, échale pomada”.
Al ser descubierto en la escena del crimen, el niño fue arropado por unas manos salvadoras que de inmediato le pusieron una gorrito, una chamarrita y sus zapatitos para luego ser sacado del lugar.
Varios minutos después arribaron al lugar elementos de la Policía Estatal y agentes del Ministerio Público para hacerse cargo de las diligencias correspondientes.
LA COLONIA CASA BLANCA
Caminar por las peores calles de la colonia Casa Blanca –al este de Xalapa–, esas que no están pavimentadas ni alumbradas, hasta dar con Monte Everest, puede generar temor hasta al más valiente.
Deambular por calles como Pamir, Niagara, Ciprés, Mallorca, Tierra de Fuego, entre otras, permite observar incontables casas fuertemente enrejadas y cerradas bajo llave, con sus cortinas bajadas y algunas más abandonadas, perros ladrando airadamente al paso de extraños, patios enmontados, algún que otro tinaco que han popularizado los huachicoleros y la mirada retadora de algún sujeto parado en alguna esquina observando, siempre observando.
Los escasos vecinos que se atrevieron a hablar sobre la inseguridad con la que viven a diario pidieron guardar el anonimato a cambio de sus escasos comentarios.
“Si ustedes vienen a las 6:00 de la tarde ya no hay nadie en la calle”, alerta alguno de ellos.
LOS HOMBRES ESTÁN LLENOS DE ODIO
Doña Mary, otra vecina del lugar dice que hace poco su hijo fue víctima de la delincuencia, que lo habían dejado tirado en un patio baldío, amarrado de pies y manos, y que luego que le quitaron el dinero con el que pensaba comprar material para la construcción de un cuarto “le dijeron que no lo mataban solo porque traía billetes, pero que si no lo hubieran matado”.
Una tímida vendedora de pollo y su despabilada clienta dicen al mismo tiempo: “Aquí vivimos aterrorizadas”.
La primera de ellas relata: “Ya tengo cuatro años trabajando aquí y recuerdo que hace poco me gritó una vecina: “Échate al sueño porque la policía le viene tirando a un ratero”. Me tiré, el ratero se fue pero me dio miedo que me dieran a mí un balazo”.
A las dos mujeres se les pregunta: ¿A qué atribuyen ustedes la violencia hacia las mujeres?
La primera de ellas responde: “Ahorita ya no hay razones, ya sólo falta que la vean a una pasar ahí donde están sentados, el instinto, no sé qué les pasa...”.
La segunda agrega: “Están como llenos de odio, como que la gente se ha llenado mucho de odio”.
ÉL NO CONTESTA
Jacinta P., una señora con domicilio en la calle Monte Everest, lamenta la falta de atención por parte de las autoridades a los diversos problemas que aquejan a los vecinos. Asegura que desde hace varios años han realizado juntas vecinales y enviado sendos oficios para que se pavimenten las calles, para que se mejore la iluminación y refuerce la seguridad. Nada ha sido atendido.
“Aquí solo vienen a visitarnos en campaña o cuando ocurren tragedias como la de la muchacha Lizbeth”, agrega.
En el domicilio de Lizbeth Hernández Dionisio esperan que les sea entregado el cuerpo de la víctima, nadie quiere hablar ni recibir a nadie.
De su pareja, Víctor Martínez Hernández, no se sabe nada, desde el domingo le han estado marcado a su teléfono celular sus familiares y las autoridades. Él no contesta.
REVELAN FOCOS ROJOS POR VIOLENCIA DE GÉNERO
La directora del Instituto Municipal de la Mujer de Xalapa (IMMX), Yadira Hidalgo González, reveló cuáles son las zonas donde se registra la mayor incidencia delictiva en materia de género.
Se trata de las colonias Del Moral, Chiltoyac, Revolución, 21 de Marzo, las Veracruz y Plan de Ayala.
La funcionaria rindió su informe de actividades 2018 en la Sala de Cabildo del Palacio municipal.
Allí, también detalló que el principal problema que enfrentan las xalapeñas es la violencia psicológica.
Sin embargo, al estar normalizada no se le reconoce como un problema, pese a que es común cuando se trata de un litigio por la custodia de los hijos.
“Desde que te insultan y te amenazan, la amenaza de quitar a los hijos es violencia psicológica, eso es lo que más recibimos en el instituto”.
Sobre los feminicidios, aseguró que se busca a los familiares para brindarles atención psicológica y asesoría legal.
“En este momento estamos dando seguimiento a un caso de feminicidio, con apoyo legal principalmente”, enfatizó.