Vecinos de la calle Insurgentes claman ayuda
-Reportan varios casos de inseguridad
Por Williams Cortez
En los últimos seis meses, la céntrica calle de Insurgentes de esta ciudad se ha convertido en una de las más inseguras. Una ola de robos a comercios y asaltos a transeúntes tiene asolados a los vecinos, quienes con impotencia ven como los delincuentes cometen sus ilícitos en medio de la impunidad.
La molestia es mayor, según dicen vecinos, debido a que se encuentran en pleno centro, a escasas tres cuadras del cuartel de la policía yendo al sur y a otras tres de las oficinas de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) yendo al norte. También se encuentran muy cerca los palacios de gobierno estatal y municipal.
En la calle Insurgentes y otras aledañas se han documentado varios delitos cometidos desde octubre de 2018 a inicios de marzo de este año.
El primero de esos casos fue ampliamente difundido a través de un video en redes sociales y ocurrió a inicios de octubre del año pasado, siendo las víctimas una mujer y hombre que caminaban distraídamente por Insurgentes, cuando dos ladrones encapuchados –un hombre alto y una mujer delgada– los amagaron con armas punzocortantes hasta que lograron despojarlos de una bolsa de mano y luego huir del lugar.
Desde aquel día siguieron otros hechos delictivos en la misma calle y otras aledañas como Xalapeños Ilustres, Jesús García, González Ortega e Ignacio Aldama, predominando los robos en tiendas de ropa, casas de cambio, ópticas y una cafetería. También se han registrado robos de motocicletas y de automóviles.
“ME ROBARON”
La víctima más reciente fue Jorge Arturo Juárez Rodríguez, dueño de una cafetería de la calle Jesús García esquina con Insurgentes, quien, a través de un video subido a sus redes sociales, relató el robo del que fue víctima hace unos días.
En su denuncia pública Jorge Arturo Juárez dice: “Me robaron, soy el propietario de Cafeto, barra de café ubicada en la calle de Jesús García esquina con Insurgentes, en el centro de Xalapa, Veracruz; así es, me robaron, rompieron la chapa de la puerta de mi negocio y se llevaron objetos con un valor mayor a los 20 mil pesos”.
Y luego cuestiona: “¿Qué tengo que hacer para no volver a pasar por esto?, porque recuperar lo robado no creo. ¿Qué tengo que hacer? Sucedió a un par de cuadras de los palacios municipal y de gobierno, a unas cuadras, a unos metros del cuartel de San José. ¿Qué tenemos qué hacer para dejar de pasar esto los ciudadanos?, ciudadanos que generamos empleos, pagamos impuestos y sobre todo promovemos el consumo de productos como en mi caso el consumo de café. ¿Qué tenemos que hacer?”, insiste.
“A LO MEJOR ME TOCA A MÍ”
El señor Guillermo Ordaz fue entrevistado en el interior de su negocio. Allí reconoció el temor que siente de ser el próximo en sufrir de algún robo, “porque si ya le robaron a un vecino y luego al otro a lo mejor pronto me toca a mí”.
Su consuelo es pensar que en su comercio no tiene cosas de valor, solo mercancía y unos exhibidores elaborados con maderas sobrepuestas, de modo que los delincuentes “tendrían que llevarse la mercancía y luego venderla, sería más difícil”.
El adulto mayor somete su memoria a los recuerdos y dice que la ola de inseguridad que ahora se vive en la zona mencionada ha ido empeorando en los últimos seis meses.
“Al vecino de junto ya le robaron, al de la izquierda igual, enfrente ya también les robaron, aquí arriba asaltaron a dos jóvenes. La calle de Jesús García está solitaria, no hay vigilancia, no tenemos ninguna cámara de vecinos y seguido hay cristalazos. Enfrente, aquí en Insurgentes también hay cristalazos; en la siguiente calle que es González Ortega también se llevan las motocicletas, tenemos un video de cómo llegan y rápido, y en tres o cuatro segundos se las llevan”, agregó Guillermo Ordaz.
Recuerda que hubo una temporada en la que elementos policiacos de a pie solían realizar rondines cada dos o tres horas, algo que ahora no ocurre, ahora solo se ve a los policías pasar en camionetas, una tras otra.
TENGO MIEDO, NADIE ESCUCHA
La señora Alicia Rivera lamenta que pese a estar a escasos metros del Centro Recreativo Xalapeño, en dónde existe vigilancia permanente y de que los comercios vandalizados se ubican a una cuadra de la calle Xalapeños Ilustres –una de las más transitadas de la ciudad–, “nadie escucha” cuando están abriendo los locales.
“Cómo voy a creer que los ruidos de aquí junto no se hayan escuchado. Estamos en pleno centro de la ciudad, en una zona histórica de Xalapa”, comenta.
Sostiene que entre los vecinos se tienen múltiples evidencias de la realización de varios delitos, como aquellos en que sujetos organizados se han robado en cuestión de segundos varias motocicletas estacionadas en la calle; de la misma manera han “cristaleado” coches para sacar cosas de valor o llevarse las baterías de los mismos, pero nadie se atreve a denunciar.
Le preocupa que ahora se han estado metiendo a los negocios, han secuestrado personas, han maltratado a las muchachas por una bolsa, por un celular, “han hecho de todo”.
Concluye asegurando que en los 24 años que tiene laborando en su local, “nunca había visto tanta inseguridad como ahora”.
Así lo resume: “Estamos mal en todos los aspectos, uno que tiene hijos pues tiene el temor de que los vayan a agarrar, los suban y se los lleven. A la policía le dice uno: ‘oye, es que asaltan a una muchacha’ y responden que ‘no les toca la zona’ y se van, ¿qué puede hacer uno? Vamos a tener que agarrar un cuchillo y matarlos.”
AQUÍ NO HAY NADA DE VALOR
Otro comerciante que cumplió un año de haber establecido su negocio pidió guardar el anonimato a cambio de platicar sobre la inseguridad que lo aqueja a él y a sus vecinos.
Temeroso dice que también se encuentra a la espera de que su negocio sea el próximo en ser abierto y saqueado; “ya cuando vengan que se lleven lo que tengo aquí encima porque ya no agarro nada de trabajo”, dijo resignado.
“Si me vienen a robar me van a tumbar la chapa igual que a los demás, pero no se van a poder llevar nada de valor porque no tengo”.
Y es que los saqueadores de los comercios aledaños han actuado de la misma manera. Llegan en grupo por la madrugada con la herramienta necesaria para abrir los candados de las cortinas de fierro, romper las chapas y luego introducirse en los locales para llevarse las cosas de más valor que suben a un vehículo y con toda calma se van.
El entrevistado consideró que la delincuencia actúa con total impunidad debido a que “cuenta con el apoyo de alguien”.
Dijo lo anterior al relatar que una familiar suyo fue a denunciar la comisión de un delito a un negocio ante la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) llevando como evidencias fotos y videos y pese a ello, como respuesta obtuvo “un mejor ni le mueva, déjelo así”.
En tanto, la cafetería de Jorge Arturo Juárez Rodríguez, que apenas había abierto hace unos meses, ahora permanece cerrada.
También permanece cerrada la casa de cambio que en febrero de este año fue abierta y saqueada. Era la segunda vez que ocurría y sus dueños decidieron cerrar para no volver a abrirla.
En otros comercios cercanos, los dueños y empleados coinciden en responder: “Tenemos miedo”.
Dijeron que hacen falta en la zona la instalación de cámaras y alarmas, por cuanto hace a los grupos de WhatsApp de los vecinos no han funcionado como se espera, por ese medio conocen de los hechos delictivos al día siguiente de haber ocurrido y no al momento.
“Estamos en pleno centro, en donde se supone hay vigilancia toda la noche, pero aun así nos ganan los malos”, lamentaron.