Tuzamapan es tierra de nadie; “estamos desprotegidos”

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-Tras la masacre de cinco comerciantes de limón, habitantes de esta localidad de Coatepec piden seguridad pública

Por Williams Cortez

El ataque armado cometido en contra de 12 vendedores y compradores de limón que cobró la vida de cinco de ellos y mantiene hospitalizados con heridas de gravedad a los siete restantes enlutó a esta localidad de más de siete mil habitantes, localizada a 20 minutos de Xalapa.

Los pobladores dijeron estar consternados, tristes y llenos de coraje por la masacre de personas inocentes que “venían a vender su fruta para sobrevivir, para mantener a sus familias”.

El ataque ocurrió durante una compra de limón en la que participaban las 12 personas referidas, cuando un comando armado con pistolas y fusiles a bordo de dos vehículos, una Liberty azul y una Tacoma color arena, les disparó en al menos 90 ocasiones y luego escapó.

Todo sucedió muy rápido la tarde del jueves 16 de mayo en la avenida Justo Sierra, a la entrada del pueblo, donde cayeron muertos Manuel Casas Jarvio de 32 años y Manuel Lara Santamaría, apodado “Cretino”, de 30.

También allí resultaron heridos de gravedad Aldo Martínez Jiménez Osca, Alberto Suanez Fernández y Miguel López Gerón, quienes murieron horas después en el hospital, mientras recibían atención médica. Los otros cuatro heridos fueron identificados solo con sus iniciales: R.L.S., A.S.M., A.A.R.E., F.X.C., y se reportaban graves de salud.

MIGUEL ERA UN HOMBRE BUENO

La madre de Miguel López Gerón se encontraba comiendo cuando le avisaron que habían disparado en contra de los limoneros, salió presurosa y se dirigió al lugar de la tragedia, a escasas cuadras de su casa.

“Cuando llegamos ellos estaban heridos. Dos estaban muertos. Mi hijo tenía vida, a él le pegaron seis balazos: tres en el tórax, uno en un pulmón, uno cerca del hígado y otro más le perforó un hueso de la columna vertebral”.

Miguel tenía 31 años, era originario de Tuzamapan, aunque por algún tiempo emigró con su familia a Lagos de Moreno, Jalisco, en donde, de joven hizo sus estudios básicos y luego trabajó en varias empresas. Años después ingresó al Instituto Tecnológico de Ocotlán, Jalisco, para estudiar ingeniería industrial, carrera que luego concluyó en Xalapa.

El día de su muerte Miguel tenía casi un año de haberse iniciado en la compra de limones, mismos que eran reenviados a otras localidades como Chavarrillo y Tlaltetela.

Su mamá recuerda que Miguel era un hombre “muy alegre” y cariñoso con su familia y sobre todo con su hijo de cinco años que ahora dejó huérfano; comenta que era un deportista al que le apasionaba jugar futbol con su equipo. “Él era bueno y los muchachos con los que trabajaba no se metían con nadie, no se metían con drogas ni nada, eran buenos, no tenían problemas con nadie”, asegura.

PAGO DE PISO

Hace muchos años, en Tuzamapan hubo un ingenio que procesaba la caña para azúcar y alcohol, en donde se empleaban muchos habitantes. Luego, el ingenio fue trasladado a Mahuixtlán, afectando la economía del pueblo que en la actualidad se sustenta en las cosechas de café, caña y limón.

La siembra del cítrico para su explotación inició hace unos cinco años, la mayoría de las cosechas se exporta a otras partes del país y a los Estados Unidos.

Los compradores debidamente establecidos y los “coyotes” o especuladores conviven en la entrada de Tuzamapan hasta tres veces a la semana, y en ocasiones a diario, comprando la mayor cantidad de rejas posible.

“La gente ha estado volteando sus tierras porque les conviene más sembrar limón, les reditúa más, lo venden al momento y tienen su dinero en ese rato”, recordó un adulto mayor y productor.

Se le pregunta si escuchó decir a los productores y comerciantes de limón que la delincuencia les cobre derecho de piso y que ese pudiera ser el motivo de la masacre. “Eso no fue, nunca nos dijeron que a ellos les pidieran derecho de piso, nunca, ellos no se metían en esas cosas”, respondió.

AJUSTE DE CUENTAS

De acuerdo con la Secretaría de Seguridad Pública, en su comunicado 1080 se establece que la causa del ataque se habría propiciado durante el pasado periodo vacacional de Semana Santa, cuando una de las personas agredidas el jueves 16 de mayo hirió al hijo de un presunto delincuente de la zona apodado el Cantú; por lo que éste amenazó con vengar el agravio.

Esa es la versión más difundida en el pueblo, pues varios habitantes hablan de “una venganza” y se la atribuyen al presunto delincuente, quien había asegurado que “se vengaría de lo que le hicieron a su hijo”.

Así lo relató un entrevistado: “Se infiere por gente que sabe de estas cosas que fue un arreglo de cuentas, pero pues pasaron a perjudicar a gente inocente que no debía nada, estaban vendiendo su fruta y parece que ahí se encontraban unos involucrados que anteriormente golpearon a un muchacho en Jalcomulco y vinieron a ajustar cuentas”.

Otra persona que fue entrevistada confesó que ella, como el resto de la población, también se horrorizó al escuchar el estruendo generado por los disparos de pistolas y fusiles calibres 9 y 7.62 milímetros.

“Aquí estamos todos asustados porque ya lo estamos viviendo, antes nosotros prendíamos la televisión y decíamos que eso era en otro lado, no aquí en Tuzamapan”, dijo.

TIERRA DE NADIE

Luego de las ejecuciones, a la localidad arribaron varias patrullas de la policía estatal, Fuerza Civil, el Ejército y la Marina, incluso se registró el sobrevuelo de un helicóptero como parte del operativo de búsqueda de los sicarios.

Y aunque ese ha sido el hecho más sangriento que se ha registrado en Tuzamapan, en sus alrededores, en los últimos meses se han registrado diversos hechos delictivos, a orillas de carretera y terrenos baldíos han sido arrojados cuerpos embolsados de hombres y mujeres.

Hace más de dos años, la noche del sábado 29 de abril de 2017, pobladores de Tuzamapan corrieron a pedradas a elementos del mando único de Fuerza Civil de Coatepec, a quienes acusan de cometer atropellos, golpear y robar a los habitantes.

Hoy son esos mismos pobladores los que piden la presencia de mayor seguridad.

“El pueblo está consternado ante esta situación, nosotros pedimos que se haga justicia y que ya no sigan pasando esas cosas aquí porque fallecieron varios jóvenes”, reconocen.

“Todos pedimos lo mismo: justicia, que ya se acaben estas guerras entre los narcos y el gobierno, no sé cómo le van a hacer, pero tienen que actuar porque esto ya es insoportable, ya no se puede, pedimos ayuda para que vengan a patrullar este poblado que ya se está convirtiendo en tierra de nadie, por favor a quien corresponda, principalmente los viernes y sábado hace falta patrullar”.

“Aquí no tenemos vigilancia, estamos desprotegidos; la policía aquí viene cada dos o tres días”, dijeron los entrevistados.

La mañana del 17 de mayo viernes en Tuzamapan no había ningún elemento de seguridad. Para el sábado se tiene previsto el entierro de cuatro de los muertos, uno más será sepultado en la vecina localidad de Vaquería.

En tanto y por respeto a los fallecidos y mientras esperan conocer el estado de salud de los heridos, los pobladores de Tuzamapan manifestaron su luto con la suspensión de clases este viernes y pospusieron hasta nuevo aviso la celebración del Carnaval previsto para celebrarse del 29 de mayo al 4 de junio.