Terrenos abandonados, un nido de serpientes

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En algunas colonias de esta ciudad se han presentado ataques de víboras

 

 

Imelda Camacho

 

Gutiérrez Zamora

 

Debido a la temporada de calor y a que propietarios de terrenos los mantienen llenos de maleza, en algunas colonias de esta ciudad se han presentado ataques de víboras, que en algunos casos han provocado el traslado de la gente para asistencia médica.

 

Derivado de la época de sequía y calor que se registran en la región,  el reporte de auxilio que más atiende por esta condición climática personal de Protección Civil, es acudir a las casas-habitación en la zona urbana para trasladar a personas mordidas por esos reptiles.

 

Uno de los casos más recientes es el de Miguel Olmos, a quien en días pasados le picó una coralillo en su vivienda ubicada en esquina calle Guillermo Vélez. Los vecinos aseguran que están saliendo varias culebras, masacuatas y nauyacas, pero que es a consecuencia de que algunos vecinos tienen predios de gran extensión que no los han limpiado de maleza, lo que provoca que sean propicios para que esos animales se escondan y después se metan a las viviendas.

 

 

Javier Sosa Rodríguez, director de Protección Civil de Gutiérrez Zamora, manifestó que en lo que va del mes se tienen dos reportes de personas que fueron mordidas por víboras coralillo y una nauyaca, por lo que tuvieron que ser trasladados por personal de la Cruz Roja al hospital, por la gravedad de su salud.

 

Por lo anterior, el funcionario hace un llamado a la población para que mantengan libres de maleza sus predios y en caso de un avistamiento de alguna culebra, llamar a Protección Civil para que acudan a capturar el reptil y posteriormente sea liberado en una zona donde no represente peligro para la población.

 

 

En el caso de los reptiles como nauyacas o coralillos señaló, que si bien son especies altamente venenosas, no suelen atacar a menos que se sientan agredidas, sobre todo, cuando su ´hábitat´ es modificado, por lo que regularmente suelen ser encontradas en el interior de las viviendas o en los patios de las casas y es en esas zonas donde se registran las mordeduras, que suelen ser fatales al ser humano.