La madre Teresa de Calcuta ya es santa
-El papa Francisco canonizó desde una abarrotada plaza de San Pedro a la monja, Premio Nobel de la Paz en 1979, su “lucha a favor de los pobres y contra el aborto
AGENCIA
El papa Francisco canonizó ayer a la madre Teresa de Calcuta, de quien destacó que se hizo oír ante los poderosos culpables de crear la pobreza, en una ceremonia en la Plaza de San Pedro a la que asistieron más de 100 mil personas.
Francisco reconoció que será difícil llamarla “santa Teresa” porque “su santidad fue tan cercana a nosotros, tan tierna y espontánea que se le seguirá llamando madre, madre Teresa”.
El Papa elogió ayer durante la homilía de la canonización la labor de la madre Teresa “en defensa de la vida humana”, desde aquellos no nacidos a los descartados.
Francisco destacó que durante toda su vida estuvo “a disposición de todos por medio de la acogida y la defensa de la vida humana, tanto la no nacida como la abandonada y descartada”.
El pontífice valoró de la monja Premio Nobel de la Paz en 1979 su lucha contra el aborto y cómo siempre aseguraba que “el no nacido es el más débil, el más pequeño, el más pobre”.
Y recordó también cómo “se ha inclinado sobre las personas desfallecidas, que mueren abandonadas al borde de las calles, reconociendo la dignidad que Dios les había dado”.
Contra el “crimen de la pobreza”. Francisco hizo hincapié, pronunciando con fuerza y repitiéndolo, que la madre Teresa “ha hecho sentir su voz a los poderosos de la Tierra, para que reconocieran sus culpas ante los crímenes de la pobreza creada por ellos mismos”.
La madre Teresa de Calcuta se ha convertido en santa 19 años después de su muerte, el 5 de septiembre, y tras un rápido proceso de canonización ya que fue proclamada beata el 19 de octubre de 2003 en otra ceremonia multitudinaria en el Vaticano.
Un proceso para el que se han necesitado dos milagros aprobados -uno para la beatificación y otro para la canonización- y que han sido la “curación inexplicable” de una mujer india de religión animista, Mónica Bersa, de 34 años, que padecía un tumor en el abdomen del que sanó en 1998, y del brasileño Marcilio Andrino, que se curó de una grave infección cerebral en 2008.