Comerciantes amos de las banquetas
En ambos lados dos negocios que venden chiles secos han invadido, y ahora es una extensión del negocio
Llueve copiosamente, es la temporada de lluvias y la gente corre, quiere resguardarse del agua y busca afanosamente la banqueta para subirse a ella y protegerse del agua. No lo logran, en las banquetas en ambos lados dos negocios que venden chiles secos han invadido la banqueta de tal manera que ahora es una extensión del negocio.
Los charcos en el arroyo vehicular mojan los pies de quien no trae botas, es decir, la mayoría y cuando finalmente se encuentran al amparo del agua tumultuosa, se miran los pies empapados y mueven la cabeza en señal de evidente desaprobación, mientras los comerciantes en ambos lados de la calle Enrique C. Rébsamen, indiferentes ante lo que ocurre por su culpa, arreglan su puesto por un lado, mientras que por el otro, toman café apaciblemente.
Historias verdaderas que pueden ser comprobadas personalmente, sobre todo si usted tiene la desgracia de pasar por ahí en tiempo de lluvia. Una señora palpablemente molesta refunfuña y dice: ¿Hasta cuándo dejaremos de ser un “pueblote”, porque en otras ciudades escenas de este tipo ya no se ven, porque se permite que se tolera a estos impertinentes comerciantes que majaderamente nos quitan la banqueta para que nos mojemos, para que nos atropelle un carro o nos caiga un rayo?.