La polución de PEMEX o los veneros del diablo en Brasilar

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La presencia de Petróleos Mexicanos en el municipio de Álamo Temapache trae cierto beneficio regional pero también trae consigo, serios problemas ambientales. A pesar de que publicitan quehaceres petroleros ecológicos, lo cierto es que los derrames constantes de hidrocarburos deshacen los ´dichos publicitarios´ y nos sumergen en la polución, el descuido y a los malos quehaceres a la hora de sanear los lugares que contaminan.

Brasilar tenía un arroyo que les suministraba una agua diáfana que los moradores utilizaban para beber y de pronto, como si de una agua mineral en una botella agitadas se tratara, empezaron a salir burbujas producidas por los gases que envenenaron de manera irremediable ese cuerpo de agua que era el suministro de los habitantes del lugar.

 

 

Han pasado los años del suceso y nunca fueron recompensados por la entonces paraestatal, según el dicho de los moradores. Ahora que están por venir compañías petroleras diversas, se teme que los ataques al medio ambiente sean frecuentes y de solución difícil.  El razonamiento expuesto se basa en que PEMEX olvida compromisos contraídos, cuantimás como dicen en el rancho, lo harán compañías ávidas de la ganancia que les producirá la explotación de los yacimientos petrolíferos que forman parte de una región subterránea denominada “Aceite Terciario del Golfo”.