Diciembre: Peregrinaciones, posadas, cenas y excesos

el

Quo Vadis

Por Alejandro Castañeda Fernández

Diciembre: Peregrinaciones, posadas, cenas y excesos

Entrando el último mes del año inician las peregrinaciones guadalupanas que se encaminan rumbo a las dos parroquias que tiene el Álamo conurbado. En el centro de la ciudad la Parroquia de Nuestra Señora de los Dolores y en el Ejido Estero del Ídolo, la Parroquia de San Judas Tadeo.

Los católicos del barrio de las colonias se organizan para reunirse un día establecido y acuerdan desfilar por las calles de la ciudad, para mostrar sus respetos a la guadalupana, aunque también lo hacen de manera corporativa cuando también organizadamente se congregan los camioneros materialistas o quienes laboran en la empresa de Autotransporte en Álamo.

 

Es tiempo propicio para que el comerciante especializado en artículos religiosos tenga su temporada de venta al ofrecer a la comunidad católica las efigies de la Virgen de Guadalupe. La lluvia tenue de diciembre con sus nublados prematuros le dan una especial nostalgia a la fecha y de alguna manera sabemos que nos encontramos de días vertiginosos, pues después del 12 de diciembre, nos arrojamos al Remolino de las preposadas y  las posadas, para luego sentarnos en la cena de Noche Buena, abrazarnos en plena Cena de Año Nuevo para despertar tarde el primero de enero con escaso dinero, una resaca malamente curada en los días de fiesta, el abdomen abultado por tanta comida y licores y  uno que otro remordimiento por malos comportamiento y los excesos vividos.