Retornan felices a esta ciudad
Adolfo Arellanos Olivares es uno de los muchos pacientes que han regresado del puerto de Veracruz felizmente operados de los ojos. Al bajar del autobús relató que ha sido una buena experiencia, y que felizmente en breve, volverá a ver con la claridad con que veía hace muchos ayeres.
Indicó que fueron operados en el Puerto de Veracruz, y que Silvestre Pastrana, por instrucciones expresas de la presidenta del DIF, Maricruz Herrera de Serna, les acompañó en el viaje, costeado por el Desarrollo Integral de la Familia.
Él, como el resto de las personas operadas, relató que recordará este viaje por siempre, pues la mayoría de ellos llegaron a pensar que su enfermedad (cataratas) era irreversible y que día a día irían perdiendo la facultad de ver los paisajes y los rostros de sus familiares.
Arellanos Olivares le declaró a los reporteros que las personas operadas agradecen la disposición de Maricruz Herrera de Serna y del alcalde Ricardo Serna Barajas, y textualmente expresó: “Gracias por las atenciones que nos han dado, es una cosa muy bonita, ellos dan el servicio desinteresadamente”.
El entrevistado advirtió que una operación de esta naturaleza, con gastos de hotel y alimentación, suele costar de 25 a 28 mil pesos. Indicó que no cualquier persona los tiene juntos; y sin embargo, gracias a estas buenas personas nos han operado y en cuanto nos quiten la venda veremos como hace mucho, cuando éramos jóvenes.
Celia Bartolo Pazarón, oriunda del Xúchitl, es otra persona que bajó del autobús y lució una sonrisa radiante. Explicó que verá con mayor claridad a sus hijos y a sus nietos, y explicó que sin la intervención del DIF ella seguiría viviendo en penumbras.
“Estoy muy agradecida con ellos, no los menciono porqué no los conozco, el Presidente Municipal, la presidenta del DIF, el Señor Pastrana, todos ellos me hacen ver la claridad más luminosa de mi vida, vuelvo a ver, Dios me puso en su camino”, exclamó conmovida.
“En el transcurso de los días se le quitarán las vendas, y como los primeros operados de cataratas, se asombrarán de los colores, de las caras sonrientes de su familia y verán los objetos como antes, diáfanos y bellos”, exclamó Pastrana despidiéndose de ellos.