El Álamo caótico de todos los días

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En días pasados el dirigente de los locatarios del Mercado Hidalgo se quejaba de que había en Álamo demasiados taxis y como hay poco trabajo debido a las vacaciones, los taxistas ocupan la mayor parte del centro y eso evita que los compradores potenciales se acerquen, ya que toda calle del centro inevitablemente está ocupada por los taxistas.

El centro de la cabecera municipal es caótico desde siempre, hasta cuando se cabalgaba por sus calles. Es una ciudad al decir de muchos, hecha sin trazos definidos donde, al transitar por las calles, abruptamente se encuentra con callejones sin salida.

En la zona del Mercado Hidalgo, donde se usa en estacionamiento en batería, los carros se estacionan en segunda fila creando una confusión que enoja. En los días de clases es común ver a las señoras “encopetadas” estacionándose en doble y hasta en tercera fila frente al Colegio “Progreso”, cuando llevan a recoger a sus hijos de la escuela.

 

Ahí mismo sobre el mercado, se ha privilegiado un lugar exclusivo para discapacitados pero tristemente es usado por personas sanas, sin conciencia. A menudo la acción de la grúa se convierte en el instrumento vengador de tanta infamia y el abusivo y prepotente paga las consecuencias de su acto irresponsable, pagando la multa y la exorbitante cuota por concepto de arrastre y el tiempo que se cobra en el corralón.

Sin embargo, estas conductas antisociales solo las llevan a cabo en Álamo, porque en cuanto llegan a otra ciudad, manejan correctamente y respetan todos los señalamientos, ya que saben que ahí les aplicarán el reglamento sin concesiones de ninguna clase.

 

Hace falta entonces que la gente maneja civilizadamente en su propia cabecera municipal, sin las pretensiones de que  somos influyentes y que somos amigos del diputado, del dirigente de tal y amigo del primo del Presidente Municipal.