Los últimos sobrevivientes de la poliomielitis

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Son las últimas personas que sufrieron los embates de la poliomielitis. Se trata de personas que han quedado discapacitadas a causa de un virus, por fortuna ya eliminado, en un altísimo porcentaje de la faz de la tierra.

En la ciudad de Álamo estas personas fueron apoyadas por el entonces alcalde, Jorge Vera Hernández, para que pudieran autoemplearse y se pudieran sostener, sin una carga para la familia.

A cada uno se les entregó un vehículo para que transportaran pasajeros y ni los belicosos choferes de Álamo pusieron objeción alguna. Estos transportistas se instalan en las tiendas departamentales en espera de la clientela que, mercancía en mano, anhela llegar a su casa.

 

El vehículo es un triciclo con asiento, una capota y los pedales en lugar de encontrarse en el lugar de siempre, se encuentran instalados en el manubrio.  La polio atacaba en los meses cálidos de verano, y cada cierto tiempo, las epidemias arrasaban las ciudades. Aunque la mayoría de las personas se recuperaba rápidamente de la polio, algunas sufrían parálisis temporal o permanente, e incluso morían.

Los buenos oficios de Rotary International, por medio de la Fundación Rotaria, hicieron posible que se aplicara la vacuna en los países del mundo y ha sido erradicada felizmente, salvo en algunos países como Afganistán, Nigeria y Pakistán, pero se realizan programas intensos de vacunación para eliminar estos últimos puntos. Todavía se recomienda la vacunación contra la polio en todo el mundo, debido al riesgo de los casos importados.

Muchos sobrevivientes de la polio quedaban discapacitados de por vida, y eran un recordatorio, visible y doloroso para la sociedad, de las grandes cantidades de vidas jóvenes que cobraba la enfermedad.

 

En Álamo, los sobrevivientes de la polio han encontrado un trabajo digno. Son diligentes, muy trabajadores y aman su trabajo, porque les da la oportunidad de sentirse útiles.