Niños de altos vuelos

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Desde los cinco años, las nuevas generaciones aprenden la milenaria Danza de los Voladores

 

Édgar Escamilla

Coatzintla

 

Pese a la falta de apoyos gubernamentales, la escuela de Niños Voladores en este municipio sigue compartiendo las tradiciones del Totonacapan con las nuevas generaciones. Pequeños que desde los cinco años aprender a surcar el cielo.

 

 

El puxko Alejandrino García Méndez dirige la escuela de Niños Voladores, en un predio de la comunidad de El Chote (Coatzintla), donde enseña a niños de entre cinco y siete años la danza milenaria, declarada por la Unesco como patrimonio inmaterial de la humanidad.

 

Lamenta que a pesar de esta denominación y el realce que se le da durante el festival Cumbre Tajín, en realidad los apoyos no fluyen como debieran. “Hacen falta recursos, a veces no todos tenemos la idea de nuestra cultura, hay quienes la aprecian y quienes no les llama la atención”, dijo.

 

Actualmente comparte sus conocimientos con cinco pequeñitos, que constantemente acuden a clases, aunque el grupo llega a alcanzar los 20 alumnos, pero muchos de los padres no llevan a sus hijos de forma regular.

 

Se les enseña todo lo relacionado con la vestimenta, a que ellos mismos fabriquen sus flautas, los pasos a seguir. Luego de aprender la danza a ras del suelo, deben aprender a controlar su miedo para lanzarse al vuelo.

 

Uno de estos pequeños voladores es Bryan, quien a sus escasos siete años trepa por la escala hasta lo más alto del palo volador y se deja caer con los brazos abiertos al mismo tiempo que sus compañeros mayores.

 

“Es difícil, no hay mucha motivación cuando ven hacia el futuro y se ven reflejados en sus padres y mayores, es bonito tener 100 o 200 alumnos, pero hay que preguntarnos hacia dónde se les lleva”, lamenta el puxko Alejandrino.

 

Durante el tiempo que lleva promocionando su escuela de voladores, se ha enfrentado a la falta de apoyos por parte de quienes se dicen respaldar la cultura, sosteniendo su labor en base al trueque con los padres de los niños en instrucción.

 

 

“He enseñado a niños desde los cinco años, pero tengo un nieto de dos años y medio que ya empieza a dar sus primeros pasos de la Danza”, comentó finalmente.