Une DIF a madre e hija luego de 30 años

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Doña Sara Cruz Lemus se marchó a Zayula de Alemán, al sur de Veracruz, con su marido

 

Hace 30 años, Dolores Hernández Cruz tenía tan solo cuatro años y doña Sara Cruz Lemus la dejó en Álamo, con su sobrina Armanda Tapia Cruz para marcharse a Zayula de Alemán, al sur de Veracruz, donde vivió largos 30 años sin visitar a su hija, que ahora tiene 34.

Así lo explicó doña Maricruz Herrera de Serna, quien comentó que al recibir un llamado del DIF de esa localidad conoció la increíble y triste historia, pues al paso del tiempo la mujer envejeció, y muy pobre deambulaba en Zayula en lamentables condiciones.

La presidenta del Desarrollo Integral de la Familia (DIF) nos declaró que en cuanto conoció la historia, ordenó la búsqueda a los hijos de Sara Cruz Patricia y María de los Dolores. Esta última se estremeció cuando supo que por intermediación del DIF su madre la buscaba, pues ya la daban por muerta.

 

La licenciada Maricruz Herrera manifestó que el aspecto de la “aparecida” es muy perturbador, ya que totalmente desaliñada, con el pelo crecido y sin bañarse fue valorada por el médico para conocer su estado físico de salud. Advirtió que tiene un golpe superficial, pero que por lo demás no tiene complicaciones médicas importantes.

Ahora se sabe que Sara Cruz Lemus pretextó que iría por unas escobas y dejó a la pequeña Dolores con su sobrina para marcharse con el que era su marido. Sin embargo, al paso de los años, Doña Sara se encontró sola y sin ningún porvenir. Deambulaba por las calles de Zayula implorando por alimentos y ahí fue contactada por el DIF del lugar.

En cuanto se conoció la historia de Sara, la titular del DIF de Álamo se dio a la tarea de buscar a los familiares y fue por el noticiero de la radio local como estupefacta, Dolores Cruz supo que su madre no había muerto, que vivió 30 años en el sur del estado y que se encontraba en precarias condiciones.

El encuentro fue emotivo, a pesar del abandono, tanto hija como sobrina recibieron a Sara, y ahora también por medio del organismo asistencial, se busca a Patricia y Juan Cruz, hermanos de Dolores e hijos de Sara.

 

Maricruz Herrera de Serna celebró el reencuentro, aunque afirmó que siempre es mejor la unidad familiar y no el desapego, al tiempo que puntualizó que la unión de muchas voluntades hizo posible que Doña Sara dejará de sufrir sola y desamparada para reunirse con la familia.