Restauranteros piden auxilio

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Una cantidad no determinada de empleados dejó los restaurantes para aventurarse en las compañías petroleras, ahora no pueden regresar a sus antiguos empleos por la caída en sus ventas

 

Édgar Escamilla

Poza Rica

 

Uno de los sectores que ha resentido fuertemente la situación económica adversa por la que atraviesa Poza Rica y la región a causa de la salida de las compañías al servicio de Petróleos Mexicanos ha sido el relacionado con la venta de alimentos, que primero vieron como sus empleados se iban en busca de un mejor salario, después aumentaron sus ventas y por último, resintieron la baja en los consumos y no pudieron recontratar a sus antiguos empleados.

 

Arturo Dávalos Vivanco, presidente de la Cámara Nacional de la Industria de Restaurantes y Alimentos Condimentados (Canirac), acudió la mañana de ayer jueves a la sede del Ayuntamiento para hacer entrega al presidente municipal, Sergio Lorenzo Quiroz Cruz, de un reconocimiento obtenido durante la pasada feria gastronómica realizada en el puerto de Veracruz.

 

Previo a la reunión con el alcalde, Dávalos Vivanco comentó acerca de la situación por la que atraviesa el sector restaurantero de la ciudad e informó que en diferentes pláticas sostenidas con un grupo menor de sus afiliados, estos concordaron que las ventas han disminuido notablemente; apenas hace dos años eran hasta un 30 por ciento superiores a las actuales.

 

Con la oferta de trabajo que se presentó a la llegada de compañías petroleras, muchos de los empleados presentaron sus renuncias bajo la esperanza de un mejor empleo y con mejores remuneraciones, las cuales obtuvieron, pero de manera temporal.

 

 

“Al regresar encontraron las puertas cerradas, no a manera de vendetta, sino porque ahora ya no hay trabajo, en mi caso, ocho personas se retiraron del negocio, mismas que han regresado a pedir trabajo, pero ya no hay, no hay manera de cubrir esas vacantes. Se fueron con la idea de un mejor sueldo, que bueno que les duró un tiempo, realmente ganaron mucho más en las compañías petroleras, pero ahora todo quedó atrás”, comentó.

 

Se generó una burbuja por el auge petrolero, en otras ciudades del país tomaban como ejemplo a Poza Rica, donde llegaban las inversiones y era difícil encontrar un local para renta, ahora todo es diferente.

 

Actualmente la Canirac cuenta con un promedio de 180 afiliados, cuando el padrón superaba los 200, y cada vez se dificulta más aumentar esta cifra. “Si batallamos para pagar el SIEM, que es obligatorio, cumplir con la afiliación lo es más, los empresarios con ‘la mano en la cintura’ nos dicen que ahorita no lo van a pagar y lo tenemos que comprender, porque estamos en la misma situación”.

 

Entre los cierres de establecimientos mencionó El Chalet, El Petrolero, La Cabaña de Pachá y otros más en busca de mejores horizontes; pero han surgido otros tantos en la cochera de las casas.

 

Afirma que la sazón de la comida pozarricense es una fortaleza con que cuenta el municipio, se tiene una de las gastronomías más ricas del estado y eso está siendo aprovechado por las familias para lograr un ingreso extra.

 

No obstante, reconoció que hace falta mucho en materia turística para lograr atraer visitantes y aprovechar esta fortaleza, lo que podría representar una mayor cantidad de circulante y la recuperación de la economía.

 

Durante el pasado periodo vacacional, se registró un ligero repunte en las ventas; pero, la mayor parte de los visitantes llegaron a las casas de los ciudadanos, no se hospedaron en los hoteles, por lo que no fueron representativas las ganancias; no así al sector restaurantero, que aunque mínimo, logró un repunte.

 

Sin embargo, tras las vacaciones llega una nueva temporada baja con el regreso a clases, cuando las familias redistribuyen sus ingresos para cubrir las necesidades de sus hijos en edad escolar.

 

Siendo optimista, Dávalos Vivanco espera que sea hasta noviembre próximo cuando la situación de las ventas comience a dar signos de recuperación; mientras tanto y a pesar de las dificultades, se preparan para la realización de la tradicional feria de antojitos en septiembre y la carrera de meseros, que este año estuvo a punto de cancelarse porque los restauranteros se encuentran ocupados en resolver su situación económica.