Pemex dejó a Cuichapa en el abandono
DE LA REDACCIÓN
Una semana antes de que la empresa Servicios de Extracción Petrolera Lifting de México tomara posesión del campo Cuichapa en el municipio de Moloacán al sur de Veracruz, a Eliseo le ordenaron poner en una caja todos sus papeles, limpiar su escritorio, y vaciar cajones, para entregar la instalación de la factoría.
Con más de 30 años como trabajador de base en Pemex, cuenta que sabían de la llegada de la petrolera desde el 2015 cuando ganó la concesión en la ronda 2 de la reforma energética, pero no previeron que de golpe más de 280 trabajadores de base y eventuales se quedarían sin trabajo. Lo único que pudieron conservar fue la factoría, pelearon por ella, para no ser enviados a una galera sin techo siquiera.
El anuncio de una nueva compañía ilusionó a gran parte del pueblo compuesto de trabajadores de Pemex, quienes vieron una posibilidad de trabajo, pero la empresa apenas dio una docena de empleos.
Tenían confianza en la promesa del presidente Enrique Peña Nieto de que la llegada de petroleras tras La reforma traería además de empleo, bajas en el costo de tarifas eléctrica y de gas.
Eliseo cuenta que en su mejor momento en esta región había cientos de pozos en activo en el campo Lacamango, Cuichapa, Agata y Moloacán. Eran las décadas de los 70 y 80, las calles de Cuichapa en el municipio de Moloacán al sur de Veracruz eran un hervidero de trabajadores petroleros.
Cuichapa es parte del Activo Cinco Presidentes, de donde se llegaron a sacar hasta 80 mil barriles diarios de aceite y gas.
La llegada de la petrolera fue un engaño, refuta Eliseo. Dice que desde el 2005 se empezó un programa de taponamiento de pozos que aún tenían producción. “Matamos muchos pozos productivos, eran bloques de 20 o 50 pozos, que fueron los que luego se vendieron a Lifting de México. Compraron oro molido a bajo precio”.
En mayo del 2016 se firmó el contrato con la empresa por 25 años con posibilidades de renovación automática para utilizar 42 kilómetros del área contractual Cuichapa poniente, de donde hasta abril del 2018 se sacaron más de dos mil barriles diarios de aceite.
La promesa de que la empresa daría empleo no se hizo realidad. “Se suponía que venía a contratar gente, pero solo a algunos les dieron capacitación, la mayoría de la contratación es gente de fuera, por lo regular gente de Tabasco, Chiapas, Guerrero, creo que la prioridad era el pueblo, por eso muchísima gente, se ha ido porque no hay otra fuente de empleo que fuera Pemex”, cuenta.
Casi un año después de su instalación en abril del 2017, iniciaron las protestas contra la empresa, la queja fue la falta de empleo en la región, la contratación de empleados de Pemex jubilados y foráneos, y el incumplimiento de las plazas prometidas a sindicatos petroleros.
La respuesta a los bloqueos de instalaciones fueron las denuncias en contra de líderes sindicales de parte de la petrolera.
Para Mario la entrada de las compañías petroleras luego de la reforma energética es un “robo y fraude a lo descarado, porque desmantelaron a Pemex para venderla después”.
La llegada de la nueva empresa dejó sin hacer nada a los empleados de base, quienes todos los días van de 7:00 a 3:00 de la tarde a las instalaciones pero no tienen orden de trabajo, deambulan por los pozos cerrados, por las calles, o juegan baraja.
Eliseo dice que eso es un foco de alerta, que Pemex no mantendrá por mucho tiempo a 300 empleados sin hacer nada, y que por eso se debe levantar la voz, pero el suyo es un grito solitario que pocos atienden.
Ni los trabajadores ni los comerciantes del pueblo han visto una mejora en su economía con la llegada de la petrolera, el único apoyo visible es una clínica permanente instalada en el parque principal.
La ronda 3.2 de la misma reforma energética proponía la realización de un farmout con Pemex y empresas petroleras privadas para licitar los campos restantes: Cinco Presidentes, BacalNelash y Lacamango, lo que significaría que las únicas instalaciones que les quedan tendrían que entregarlas, y los trabajadores prácticamente irían a la calle.
Sin embargo, la transición de la presidencia con Andrés Manuel López Obrador, del partido Morena, les ha dado tiempo. Las licitaciones que se planeaban concretar en octubre se cancelaron hasta la revisión nuevamente de la reforma energética.
Eliseo ve la llegada del nuevo gobierno y su promesa de revisar los contratos de la reforma energética como una esperanza de echarla atrás y lograr condiciones más justas para los trabajadores.
“¿A dónde va a ir Cuichapa?, prácticamente abandonado, es más ni la factoría es de nosotros, es cuestión de tiempo que nos desalojen, ya no es de nosotros”.
Coraje es el sentimiento que resume Eliseo cuando cuenta la historia petrolera de su pueblo. “En una ocasión fuimos propuestos para ser gerencia nacional, imagínense ahora, después de producir tanto, ahora no tenemos nada, ya entregamos todo, acabaron con Pemex”.
ME QUIEREN PAGAR 7 PESOS POR MI TERRENO
Donde antes había naranjales ahora se extiende una larga explanada de grava con tanques, torres y contenedores en los que explotan a través de fracturación hidráulica el pozo Blenda 1.
Un cerco de alambre de púas rodea el terreno desde donde Catarino y Sacramento miran la actividad petrolera y desconfían de lo que Pemex les ha informado: que el pozo no funciona.
Cuando los petroleros llegaron a reactivar el pozo hace más de un año, pagaron una parte de la indemnización del terreno, después dieron largas para firmar el contrato, así lograron el permiso para entrar a la tierra.
Una vez instalados ofrecieron a los campesinos una indemnización de 7 pesos el metro cuadrado y a futuro un porcentaje por la extracción petrolera, pero ellos se negaron a firmar.
La reforma energética establece que los titulares de la tierra deberán tener acceso al pago de la renta concepto de ocupación o uso de la tierra, el pago por afectaciones de bienes o derechos distintos de la tierra, así como la previsión de los daños y perjuicios.
Y un porcentaje de las ganancias cuyos proyectos alcancen la extracción comercial de hidrocarburos, pero en su caso nada de esto se cumplió.
En su comunidad de El Mamey en Tihuatlán al norte de Veracruz, los campesinos tenían sembrados más de 270 naranjales que fueron tirados para iniciar la exploración y explotación de tres pozos petroleros, parte de la asignación del campo Miahuapan en la ronda cero de la reforma energética.
Haciendo cuentas, Catarino dice que cada año una hectárea de naranja le da 60 o 70 mil pesos y Pemex quiere un contrato por 30 años a precios irrisorios.
“De esto vivimos, haga la cuenta cuánto se cosecha, ya multiplicamos, contra los siete pesos, y quieren firmar a 30 años, nos dicen que seguimos siendo dueños del terreno, pero miré cómo está, para qué queremos un terreno así”, se queja el campesino.
El ruido permanente de las máquinas que extraen aceite y gas, interrumpe el silencio del campo. Sacramento advierte que tienen miedo y por eso no quieren dar la cara. Cuenta que ya hicieron varios escritos apoyados por el comisariado ejidal, para exigir un pago justo, porque además la intención de los petroleros es tomar más terreno de sus naranjales.
Sus pozos son parte del codiciado Aceite Terciario del Golfo donde entre 2006 y 2009 Pemex y compañías extranjeras han invertido más de 50 mil millones de pesos para extraer gas, aceite y petróleo, pues es considerada la reserva petrolera más grande del país, sin embargo el éxito ha sido poco.
La Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH), en su proyecto “Aceite Terciario del Golfo, primera revisión y recomendaciones”, en 2010 reveló que de los 500 mil barriles diarios de extracción esperados, solo se alcanzó una producción de 32 mil barriles por día.
Catarino y Sacramento recuerdan que la historia se repite. Hace 40 años, cuando explotaron el primer pozo, tampoco le pagaron al dueño los daños.
A esta denuncia se suma la de otros habitantes de El Mamey, quienes desde el 2017 han exigido la pavimentación de la avenida 20 de noviembre, acceso al pozo Blenda 1, que ha resultado dañado por el paso de pipas y camiones pesados, que llevan agua y químicos para la fracturación hidráulica.
Los campesinos bloquearon por más de tres días el camino, ahí quedaron paralizados una fila de camiones de agua y químicos.
La promesa fue una vez más atender su llamado. “A la comunidad no nos ha dejado nada, solo viene a explotar las tierras y se van, nosotros viendo no recibimos ningún beneficio, sacan miles de litros. Nos han despedazados los caminos”, señalan.
Los campesinos se quejan de que no están orientados con exactitud sobre los trabajos que las petroleras hacen en su tierra, y desconocen que apenas en junio de este año, Pemex migró estos proyectos a la empresa del estado, como parte de los acuerdos de la reforma energética.